«Formamos parte de un todo y nuestra conducta tiene un impacto»
Sicóloga y escritora
Mercé Conangla y Jaume Soler, creadores del Instituto Ámbit de Barcelona, desarrollaron el novedoso concepto `ecología emocional' en 2002, que han mostrado a través de varios libros; «Sin ánimo de ofender» y «La vida viene a cuento» los más recientes. Su décimo libro conjunto es «Corazón que siente, ojos que ven» (Editorial Zenith), que propone vivir con plenitud cada minuto de nuestra vida.
A. BILBAO | BILBO
«La vida es algo maravilloso y, sin embargo, no siempre exploramos al máximo las oportunidades que nos brinda», explica la contraportada de «Corazón que siente, ojos que ven», un libro que se nos antoja de autoayuda, un término que trata de aclarar Mercé Conangla, coautora del mismo, junto a Jaume Soler. «Cualquier libro es, por definición, de autoayuda, si tú de él sacas algo que puedes aplicar para mejorar tu vida» relata Conangla. «A mí, por ejemplo, me han ayudado libros de poesía».
Según la autora del libro, «divulgamos la psicología de tal forma que llegue a todo el mundo, siendo el propósito del libro compartir estrategias concretas, caminos que a muchas personas les están funcionando bien, para que el lector elija. Lo que no hacemos -prosigue la sicóloga catalana- es dar recetas, decir a la gente qué hacer con su vida, sino proponer reflexiones», basándose en la experiencia de la fundación Ámbit de Barcelona.
La fundación Ámbit se creó en Barcelona en 1996, de la mano de Jaume Soler y Mercé Conangla, «buscando el crecimiento personal y la mejor gestión de las emociones, a través de respuestas serias». El proyecto, sin intercambio económico -«nadie cobra en la fundación, pues todos tienen su vida y su profesión fuera de ella», aclara Conangla-, es un proyecto «serio y solidario, un proyecto respetuoso que aporta y comparte». En él, «no se dan consejos ni pautas de forma de vida, sino propuestas para que cada persona decida», fórmula que Conangla también trata de aplicar a todos los libros que ha escrito conjuntamente a Soler.
Respecto al libro que nos ocupa, «Corazón que siente, ojos que ven», « no podemos alargar nuestra vida, por lo que debemos procurar ensancharla», narra su autora, utilizando el concepto de `ecología emocional'. «Es un concepto nuevo que creamos en el 2002 y hemos ido desarrollando, aplicándolo, entre otros, al campo de la familia, de la pareja o de la educación».
Es, en definitiva, un concepto que tiene un paralelismo con la gestión del medio ambiente. «El mundo emocional es algo similar, vivimos en un ecosistema, formamos parte de un gran todo y nuestras conductas y nuestra pasividad tienen un impacto». Por lo tanto, «los dos valores donde se asienta la `ecología emocional' son responsabilidad y conciencia del impacto global».
Aportar a la mejora
«En el lenguaje emocional con el que nos ha dotado la evolución», explica la sicóloga, «se trata de coger esta carga de energía y orientarla a la mejora de nuestras relaciones con los demás y el mundo». A veces, en crecimiento personal, «hay gente que se dedica únicamente a ellas mismas, lo cual es un error, porque estamos formando parte de un ecosistema y a la vez que hacemos un trabajo personal es importante cuidar nuestras relaciones, elegir bien quién nos acompaña en la vida y además mejorar el mundo, aportanto algo, en el sentido y dimensión que sea, a la mejora».
Para lograrlo, el libro contiene, en cada capítulo, 20 preguntas hasta un total de 200. «Son preguntas despertador que, con reflexión y contestándolas desde la honestidad, pueden servir para repercutir en un cambio a mejor». Las 650 mil horas que vive de media cada uno de nosotros, «parecen muchas, pero quizá son pocas. Cada día es nuestro reto».