No cabía esperar demasiado. Ahora, todavía menos. Los Angeles Lakers disiparon las pocas dudas que podían quedar en la Conferencia Oeste. Con cuatro partidos y medio de diferencia sobre los Nuggets de Denver, Kobe Bryant y compañía se jugaban la tranquilidad de cara a la recta final de la competición.

Denver había derrotado a Los Angeles dos veces esta temporada y sumar la tercera hubiese creado un precedente esperanzador para los de Colorado. Pero los Lakers no dieron pie a la duda y en uno de los peores partidos de Bryant (14 puntos y 12 asistencias) en lo que va de curso, Los Angeles se impuso por 95-89 a Denver.

Sin embargo, para Kobe la victoria no sienta ningún precedente de cara a playoffs, ya que cree que «esta simplemente es una victoria más y no tiene nada que ver con lo que pueda ocurrir en playoffs».

La aparente serenidad de Bryant contrasta con la alegría de sus compañeros al derrotar a su principal enemigo en la Conferencia Oeste. «No hemos derrotado a ningún buen equipo este año. Creo que es una gran victoria», aseguraba Ron Artest (17 puntos) mientras que Lamar Odom (20 puntos y 12 rebotes) apuntaba en la misma dirección: «Respondimos a la llamada. Fue un gran partido».

Durante buena parte del choque fueron los Nuggets de Carmelo Anthony y George Kharl los que dominaron el juego. Las ventajas superiores a diez puntos a favor de Denver fueron la tónica del encuentro hasta que en el último cuarto los Lakers se pusieron el mono de trabajo.

Los ajustes, una de las panaceas del baloncesto moderno, provocaron que los angelinos defendieran mejor y atacasen más rápido. Coberturas defensivas más efectivas y lecturas ofensivas más rápidas fueron las bases del cambio acontecido en los últimos 12 minutos.

Los Angeles logró un parcial de 15-4 en los primeros minutos del último cuarto gracias al ímpetu defensivo de Artest y al juego de Odom. Con 82-74 a favor de Lakers a falta de ocho minutos Denver no se vino abajo y contestó con un 11-2 que dejaba el choque en 85-84 con cinco minutos por jugar.

Entonces les dio por aparecer por el parqué del Staples Center a las dos principales estrellas de los Lakers. Sendas canastas de Pau Gasol (15 tantos y 14 rechaces) y Bryant ponían cuatro arriba a Los Angeles a falta de dos minutos. Con Anthony (21 puntos) fuera por faltas, Denver perdió el rumbo y echó el partido por la borda. Los Nuggets fallaron sus últimos seis tiros dejando en bandeja el 89-95 final.

El nuevo escenario del Oeste deja a unos Lakers tranquilos en la primera plaza con cinco partidos y medio de diferencia sobre el segundo, Denver. Los Lakers arrastran el estigma de tener un récord escaso contra los grandes de la competición con seis victorias y ocho derrotas ante Cleveland, Orlando, Boston, Denver, Dallas y Utah, creando cierta sensación de desconfianza en el entorno de la franquicia angelina en las últimas semanas.

Denver tendrá que apretar los dientes para aguantar el arreón final en la segunda plaza ya que Dallas está a media victoria y Utah a partido y medio. Para los Nuggets no quedar segundo o tercero en el Oeste sería un problema ya que se verían las caras con los Lakers en unas hipotéticas semifinales de Conferencia.