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Canadá gana en casa y su sucesora Sochi espera a que pase la tormenta

Últimamente las victorias en los Juegos Olímpicos se quedan en casa. China ganó los de verano, celebrados en Beijing en 2008, y ahora Canadá se apunta los de invierno recién finalizados en Vancouver. Los próximos anfitriones, Sochi'2014, de momento no están para pronósticos.

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Miren SÁENZ

Canadá ha superado las previsiones más optimistas, después de no conseguir ningún título en las dos ocasiones anteriores en que ejerció de sede. Ni en Montreal'76 ni en Calgary'88 obtuvieron ningún oro. Esta vez no sólo han ganado el medallero por países con sus 14 oros -además de 7 platas y 5 bronces, que hacen un total de 26 medallas- sino que han batido el récord de títulos del certamen que hasta ahora ostentaba Noruega con los 13 que obtuvo en Turín'2006.

El último llegó con un 3-2 en la prórroga ante Estados Unidos en la final más deseada para el torneo de hockey-hielo, su deporte predilecto. Fue el delirio. Sus vecinos de abajo se colgaron 37 medallas, pero lo que cuentan son los oros (9), así que también se vieron superados por el equipo de Alemania, segundo con 30 preseas repartidas entre 10 oros, 13 platas y 7 bronces.

Tanto éxito de última hora contribuyó al entusiasmo local con Vancouver teñida de rojiblanca e inundada por camisetas con la hoja de arce. La euforia y el humor se trasladaron incluso a la ceremonia de clausura para cerrar un evento de 17 días de duración que se inició con una noticia luctuosa, la muerte del piloto de luge georgiano Nodar Kumarfitashvili fallecido durante un entrenamiento en la pista de Whistler y que coleó desde la apertura hasta el cierre.

Nombres propios

El suyo, por desgracia, fue el primer nombre propio de unos Juegos que tuvieron que lidiar con aplazamientos y cambios de calendario porque la meteorología no entiende de eventos millonarios. Otros nombres no sonaron tanto como se esperaba. Maria Riesch eclipsó a su amiga Lindsey Vonn, que parecía predestinada a reinar en las discipinas alpinas, y tuvo que conformarse con el oro en descenso y el bronce en supergigante.

La alemana brilló más que la estadounidense como doble campeona en supercombinada y eslalon. También Bode Miller, con una medalla de cada metal, tocó todos los palos y disfrutó como nunca seis meses después de llegar a plantearse la retirada para obtener con su victoria en la supercombinada el único título que le faltaba. Pese a que el esquí alpino está considerado el deporte rey entre las especialidades de frío y el snowboard sigue ganando terreno con el Tomate volador y sus acólitos, las medallas y los récords sobre nieve y hielo no alcanzan la repercusión de las hazañas del nadador Michael Phelps o del atleta Usain Bolt.

Y eso que los Juegos de Invierno dan para multimedallistas. La esquiadora de fondo noruega Marit Bjoergen ha llegado a colgarse hasta cinco metales: tres oros, una plata y un bronce. A punto de entrar en la treintena es la más laureada en Vancouver. Su homólogo y compatriota Petter Northug se llevó una chapa menos, aunque dos de ellas también fueron de oro y de las exigentes por la dificultad de ese maratón que son los 50 kilómetros estilo clásico. Wang Meng ha regresado a China convertida en triple campeona de short track y la popularidad de la patinadora surcoreana Kim Yu-Na sigue en aumento. Ante la euforia de los éxitos individuales, se impone la del equipo campeón.

Ellos sabrán si la inversión de 117 millones de dólares -86 millones de euros- en un programa dirigido a preparar a sus deportistas para «apropiarse del podio» les ha salido rentable. El periódico Montreal Gazette ya ha dado su opinión: «Varios medallistas canadienses han dicho que no podrían haber tenido éxito sin Own the Podium y otra financiación especial. En otras palabras, hemos estado comprando medallas. Ahora sabemos que podemos hacerlo. Pero ¿deberíamos?. No es difícil darse cuenta que los Juegos Olímpicos están girando sin control. Las ceremonias de apertura se han convertido en sí mismas en eventos competitivos. El orgullo nacional queda atrapado en un exceso de dos semanas que debería ser una celebración de talentos individuales y trabajo duro, no del valor de la nación».

La próxima parada olímpica llevará el circo blanco hasta el balneario ruso de Sochi (mar Negro) en 2014. Los futuros anfitriones están que trinan por la undécima posición de Rusia y quieren cortar cabezas. Dmitri Medvedev exige dimisiones. El presidente del país opinó ayer que hay que modificar «de forma radical la preparación de los deportistas. Se ha invertido dinero sin precedentes, pero esto no lo resuelve todo», dijo.

Santacana toma el relevo en los paralímpicos a De la Cuesta y a De Faucompret

Jon Santacana será el único participante vasco en los Juegos Paralímpicos de Invierno, que se iniciarán en Vancouver dentro de unos días, concretamente del 12 al 21 de marzo. Al esquiador donostiarra con deficiencia visual le avala una amplia trayectoria en la que se incluyen tres medallas en Salt Lake City 2002 -oro en gigante y bronce en súper gigante y descenso- e incluso el triunfo en la general final de una Copa del Mundo. En esta ocasión le acompañará Miguel Galindo, su habitual guía.

Santacana tomará el relevo de Paul de la Cuesta, que ha participado en tres pruebas de esquí alpino en su primera experiencia olímpica donde terminó el 51º en el descenso, el 35º en el súper gigante y el 32º en el gigante. Mientras, la labortana Camille de Faucompret pasó la clasificatoria y se quedó en octavos de final en el eslalon gigante paralelo de snowboard. M. S.

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