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«Zutik Euskal herria» llega a Kurdistán

Diyarbakir ha acogido una Conferencia sobre Resolución de Conflictos, en la que se han analizado especialmente los casos vasco, irlandés y sudafricano. «Problemas de identidad», y «Negociación y Soluciones» han sido los temas que han atraído mayor atención.

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Urtzi URRUTIKOETXEA | Diyarbakir

En el debate sobre los procesos de negociación de los conflictos, Miren Legorburu, edil independentista en Hondarribia, presentó el pasado sábado las conclusiones de la última reflexión de las bases de la izquierda abertzale. Comenzó su discurso recordando que las personas que debían estar en la capital de Kurdistán «no pueden estar hoy porque están en la cárcel, precisamente por eso, por hacer política». La concejala incidió en que la izquierda abertzale ha decidido iniciar este proceso unilateralmente: «Hemos impulsado este debate en unas condiciones durísimas, sin esperar a que otros den el paso en esta época de cambio, porque estamos convencidos de que la sociedad vasca apoyará este proceso». Ante este momento histórico, «la mayoría social dice claramente que el actual marco político es insuficiente. Estamos a las puertas del cambio y no nos quedaremos en el umbral, lo que está en juego ya no es si habrá cambio o no, sino si éste será una renovación de la autonomía o un nuevo escenario en el que se reconozca la territorialidad y en el que todos los proyectos, incluido el independentista, se puedan ejercer». Legorburu reconoció el sufrimiento existente en ambas partes, «pero hay que dejar claro que el origen está en la negación y que la política represiva ha alimentado ese sufrimiento; el independentismo tiene que ser una opción realizable, todos sabemos que otras recetas sólo alargarán el conflicto».

«Necesitamos un marco democrático, nuestra apuesta pasa por la negociación, el acuerdo político y la participación popular», dijo Legorburu, recordando el compromiso de la izquierda abertzale con las vías políticas y democráticas, «donde la única garantía sea el apoyo popular, siguiendo los principios del senador Mitchell por los que nadie deberá utilizar la violencia para presionar en el proceso». Legorburu subrayó la importancia de la participación internacional para encauzar «una paz justa y duradera».

El moderador de la conferencia, Akin Özçer, ex diplomático y experto en la Constitución española, tuvo que reconocer que este texto no fue aceptado en Euskal Herria, tal y como indicó la edil abertzale y recordó más tarde el vicecoordinador de Aralar, Jon Abril. El movimiento kurdo ha tenido una fijación especial en la Carta Magna española como solución a su conflicto con Turquía, sugiriendo que un Estado de las autonomías recogería los derechos negados actualmente al pueblo kurdo. Ante las preguntas en este sentido, Legorburu señaló que «nosotros, además de abertzales y socialistas, somos internacionalistas; nunca diremos al pueblo kurdo cómo tiene que actuar. Por eso mismo decimos que en Euskal Herria tenemos que decidir los vascos, y no España o cualquier otro agente».

En el debate también estuvieron presentes Camilo Nogueira, ex eurodiputado de BNG, Ana Villelas Arino, de la Escuela de la Paz de Barcelona y el vicecoordinador de Aralar, quien recordó las limitaciones del Estado de las autonomías.

Abril subrayó que varias competencias que recoge el Estatuto están por transferir, e incidió en los límites que impone el Estado español al derecho a decidir. «En 2004, el Congreso español ni siquiera admitió lo aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento vasco, y cuatro años más tarde el Tribunal Constitucional prohibió la celebración de la consulta». Añadió que «ETA ha sido un elemento distorsionador, frente al que el Estado ha llevado a cabo una política represiva que ha supuesto el cierre de medios de comunicación, la existencia de setecientos presos políticos y la negación de derechos civiles y políticos a una parte significativa de la sociedad».

Abril exigió que se derogue la Ley de Partidos Políticos, y recordó que el proceso irlandés no hubiera sido posible con la ilegalización de Sinn Féin. Precisamente, estaba anunciada la presencia en la Conferencia del movimiento republicano, pero a última hora sus representantes no pudieron llegar. El vicecoordinador de Aralar aseguró que la diferencia con los procesos habidos en Euskal Herria es que «siempre se han iniciado sin establecer la metodología, y es algo que habrá que buscar antes del siguiente proceso». Abogó por romper «el esquema tradicional de negociación ETA-Estado, limitando esa conversación a los presos, el desarme y la reparación de las víctimas», mientras serían los partidos los que deberían buscar un acuerdo político.

El representante de Aralar terminó su discurso exigiendo a ETA que deje las armas y abogando por que se profundice en la democracia. «Qué mejor ejercicio que dar la palabra al pueblo; se hace sin problemas en Quebec, en Escocia, en Groenlandia, pero para España y Francia no se puede ni siquiera hablar del tema. Creo que muestra una calidad democrática bastante escasa», resaltó.

Reconocer identidades

«Problemas de identidad» fue el tema que abrió la Conferencia el pasado sábado, con la presencia de Dafydd Iwan, presidente del partido galés Plaid Cymru, Jonathan Fryer, eurodiputado del partido liberaldemocráta, y Lord Raymond Hylton, parlamentario británico. Éste último rememoró sus experiencias en Irak, el norte de Irlanda, Moldavia y otros conflictos, y añadió que «las personas tenemos diversas identidades, sean nacionales, religiosas o de otra índole, pero es algo profundo que llevas y no se puede negar a la población». Así, recordó que pese a los acuerdos de Paz en Irlanda «los símbolos, como la lengua, las banderas, los deportes, siguen teniendo un gran peso, que divide a la población. Pero el gran logro es que por encima de las divisiones existe un gran consenso sobre que hay que vivir en paz, que no puede volver la guerra».

El galés Dafydd Iwan destacó la importancia de que varias lenguas célticas como la suya hayan sobrevivido «tan cerca del corazón de un gran imperio. Durante años se castigó a los niños que hablaban galés, pensando que se les hacía un favor en nombre del progreso. Y tras años de negación, hoy está claro que en las islas británicas conviven varias naciones». Así, abogó por el reconocimiento de los derechos del pueblo kurdo, e incidió en la importancia de las leyes y los símbolos: «Las leyes no salvan las lenguas, es necesaria la voluntad de los hablantes, pero sin la protección de las leyes la supervivencia es mucho más difícil. Tenemos el ejemplo de las señales de tráfico bilingües, sabemos que una lengua no se salvará así, pero es importantísimo mostrar la lengua en lugares públicos, que se vea en las calles y carreteras».

Jonathan Fryer se refirió a los cambios habidos en Europa, «donde hoy la existencia de identidades diversas es entendida como algo enriquecedor, hay una política no oficial de celebrar la diversidad lingüística y cultural». Además de las naciones celtas, apuntó el carácter multicultural de Gran Bretaña, con millones de ciudadanos venidos de todo el mundo, «incluidos alrededor de cien mil kurdos y turcos, que también conlleva un nuevo problema de identidad».

En el debate posterior, se recordó que algunas de las cuestiones planteadas pueden resultar peligrosas en Turquía, como la participación internacional en la solución del conflicto kurdo. Fue uno de los puntos que destacó Fryer: «La dimensión internacional es importantísima en el caso irlandés, gracias a ella se consiguió un método de verificación del desarme, llegaron ayudas, se logró una cooperación entre las partes. Y la mediación del senador Mitchell fue esencial para arbitrar el proceso irlandés».

Hassen Ibrahim, jefe ejecutivo de la Asamblea Constituyente en Sudáfrica, participó en el debate sobre «Gobierno, Minorías y Ley Universal», recordando que «todos los conflictos con lucha armada concluyen con diálogo. Los jóvenes estábamos convencidos de que obtendríamos el poder. Los más veteranos, en cambio, eran conscientes de que esto no sería posible sin el abandono de las armas». La derrota sudafricana en Angola obligó al régimen del apartheid a replantearse su situación, «y nuestro líder ofreció una tregua, a pesar de la oposición de algunos sectores. Predominó el sentido común, el Gobierno liberó a los presos políticos». Con todo, «había un ambiente de desconfianza total, lo primero fue construir esa confianza, es la clave en la resolución de conflictos». Señaló que «en los puntos difíciles de la negociación hacíamos un receso para tomar un té. Era entonces cuando veíamos, cuando nos sorprendíamos de que nuestras vidas eran muy similares».

Subrayó que la violencia seguía durante las negociaciones, «asesinaron a uno de nuestros líderes, no cesaban las masacres con nuestro pueblo. Empezábamos a negociar con nuestros asesinos. Sin embargo, el proceso era irreversible, la presión internacional fue muy fuerte». Tras recoger los principios en la Constitución, dejaron claro que la mayoría gobernaría el país «pero que las minorías no podían ser apartadas. Había que crear una nueva identidad nacional, que hemos hecho durante estos quince años».

De las experiencias del mundo, al desbloqueo del conflicto kurdo

Tras analizar los procesos de varios países, se destacó la importancia de crear un ambiente en el que ninguna parte se sienta derrotada. Así, el ex presidente del partido ilegalizado DTP (Partido de la Sociedad Democrática) señaló que «nuestra política es la de la convivencia, con una Constitución que reconozca los derechos del pueblo kurdo, ¿es eso romper Turquía? Es sentar las bases de una Turquía democrática». Yüksel Genç, copresidente del nuevo partido BDP (Partido por la Paz y la Democracia), recordó que «la experiencia demuestra que la violencia no lleva a la solución, y que el diálogo y la negociación son la vía para conseguir que todas las partes tengan los mismos derechos. Mientras se señale a los kurdos como terroristas, no va a ser posible una solución». Así, los organizadores del Congreso destacaron el éxito de participación y sólo lamentaron que el Gobierno turco no hubiera aceptado la invitación cursada para que diera su visión en la reunión. U. URRUTIKOETXEA

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