Crónica | Protesta en Sestao
Con sus enseres a cuestas ante la falta de protección institucional
Un frigorífico, una cama, un viejo sofá y hasta un retrete se instalaron ayer a las puertas de los servicios sociales de Sestao para escenificar una realidad en la que ya se vieron las 54 familias desahuciadas en ese municipio el los primeros nueve meses de 2009. Vanesa Aparicio y Janire Calvo denuncian que si es por las instituciones se ven pronto en la calle. El consistorio les acusa de buscar protagonismo.
Nerea GOTI
La plataforma contra la exclusión social y por los derechos sociales Berri-Otxoak convocó ayer a lo medios frente al edificio Castaños, sede de los servicios sociales de Sestao, desde donde reclamaron más recursos para proteger los derechos de los más afectados por la crisis.
Las jóvenes sestaoarras Vanesa Aparicio, de 30 años, y madre de una niña de 16 meses, y Janire Calvo, de 26 años, y madre de un niño de 17 meses, volvieron a ser protagonistas de la denuncia, un mes después de que saltaran a la luz pública para denunciar que se encuentran a puertas del desahucio y desamparadas por parte de las instituciones, poniendo cara, nombre y apellidos a la situación límite por la que atraviesan miles de familias en Euskal Herria.
«Llevo sin pagar ya dos recibos de la luz y creo que este mes me la cortarán. El piso tampoco lo he podido pagar, porque es imposible, sólo cobro el subsidio, y comida tampoco he podido comprar», reconoció Aparicio a los medios, tras explicar que ya ha agotado los cupones que tenía de comida a cargo de Cáritas. «Este mes lo veo muy difícil» agregó, explicando que su situación ha empeorado en el mes transurrido desde que hicieran pública su situación de indefensión.
«Hemos pedido cita para hablar con el alcalde, pero nos da largas», denunció. Sólo algunos partidos se han interesado por su situación y les han prestado ayuda. Janire Calvo se refirió expresamente al apoyo recibido por parte de EA, la izquierda abertzale -sin representación en el Ayuntamiento en aplicación de la Ley de Partidos- y PNV, a quienes agradecieron los trámites realizados en su defensa. A este respecto, representantes de la izquierda abertzale presentes en la protesta de ayer, manifestaron su apoyo a quienes padecen los peores rigores de la crisis y llamaron a movilizarse contra la «injusticia social y contra las aactuales políticas especulativas de nuestro municipio». Expresaron, asimismo, que pese a que debido a la ilegalización no tienen ningún acceso a la participación en los órganos municipales, intentarán por todas las vías desarrollar alguna iniciativa en defensa de las jóvenes afectadas y apoyar las que puedan desarrollar otras formaciones, y detallaron que estan estudiando vías legales para buscar amparo institucional para estas sestaoarras.
Janire Calvo resaltó sobre su situación económica que «llega un momento que nos resulta imposible». Precisó que está cobrando la renta básica, pero añadió que no es suficiente para hacer frente al «altísimo alquiler» que está pagando, y señaló que «antes hay que cubrir otras necesidades y más teniendo dos niños como tenemos».
Seis pisos vacíos
Ambas explicaron que según los datos que les han dado, en Sestao hay seis pisos vacíos, pero necesitan reformas importantes para hacerlos habitables y en el Consistorio les dicen que no hay presupuesto para acometer esas obras.
Aunque no pudo participar en la movilziación de ayer, otro vecino de esta localidad de Ezkerraldea, Carlos Sánchez, de 40 años de edad, se enfrenta también a un posible deshaucio por no poder hacer frente al alquiler de la vivienda.
Los tres han dado un paso al frente para explicar su situación y demandar «justicia social, no caridad», tal y como mostraban en carteles, los participantes en la protesta.
Desde Berri-Otxoak exigieron a las autoridades municipales «que hagan efectivo el derecho que les asiste a estas familias a una vivienda digna y realice las gestiones necesarias para garantizarlos».
El equipo de Gobierno que dirige Marcos Merino (PSE) criticó lo que calificó de «espectáculo», a través de una nota de prensa en la que pone en tela de juicio la precaria situación económica de ambas mujeres, a las que acusa de «buscar protagonismo».