China relajará las restricciones a su sistema de residencia (conocido como hukou), establecido hace 52 años para evitar la inmigración rural a las ciudades, anunció ayer el primer ministro chino, Wen Jiabao, en su discurso de apertura de la Asamblea Nacional Popular (ANP), en Beijing.

Las reformas se iniciarán en ciudades de tamaño pequeño y medio, destacó Wen en su anuncio, que se produce pocos días después de que trece diarios de once provincias publicaran un editorial conjunto pidiendo al Gobierno la abolición del hukou.

El sistema creado en 1958 por Mao Zedong es, según los expertos, una de las principales causas de la enorme distancia económica entre la población urbana y rural en China, una diferencia que, de acuerdo con los analistas, ahora está en su peor momento desde la reforma y apertura iniciada por Deng Xiaoping hace 30 años.

El hukou es un permiso de residencia que poseen los ciudadanos chinos, normalmente en su localidad natal, que designa si su poseedor es «rural» o «urbano» y que limita la posibilidad de que emigren a otro lugar, un sistema creado para evitar grandes éxodos del campo a la ciudad.

180 millones de migrantes

El sistema ha probado ser ineficaz, ya que no ha evitado la masiva llegada de emigrantes rurales a las ciudades, y además éstos, al carecer de hukou en las zonas urbanas, acaban convertidos en ciudadanos de segunda con menor acceso a servicios como educación, sanidad o mercado laboral.

Wen subrayó en su discurso de ayer que China «continuará su urbanización con características chinas y promoverá una interacción entre la urbanización y la construcción de una nueva sociedad rural».

Actualmente algo más de la mitad de los 1.300 millones de habitantes de China (unos 720 millones) son todavía campesinos, con rentas que como media son cuatro o cinco veces menores que las de las grandes ciudades, lo que ha originado una enorme emigración rural a las urbes, de más de 180 millones de personas.

Estudios recientes indican que el éxodo rural continuará en las próximas décadas, hasta reducir la población rural china en unos 400 millones de habitantes.

El primer ministro chino aseguró que se resolverá «paso a paso» el problema de falta de trabajo y malas condiciones de vida que sufren los inmigrantes rurales en las ciudades (apodados mingong).

También que «se asegurará gradualmente que reciban el mismo tratamiento que los residentes urbanos» en áreas como educación, sanidad, vivienda y seguridad social.

El editorial conjunto dirigido al Gobierno esta semana, una iniciativa muy poco corriente en una prensa china fuertemente controlada y limitada por las autoridades, se publicó también en uno de los diarios independientes más destacados del país, el «Southern Metropolis Daily», así como en otros como el «Economic Observer».