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Crónica | Movilización de los trabajadores

Cinco kilómetros de protesta contra el cierre de Gamesa

Los 150 trabajadores de la planta de Gamesa en Altsasu llevaron su lucha a la sede de la eólica en Sarriguren, desde donde iniciaron una marcha de cinco kilómetros hasta la Diputación para exigir al Gobierno navarro que tome partido.

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Aritz INTXUSTA

«Aquí trabajamos, aquí negociamos». Este es el mensaje que los trabajadores de Altsasu trasladaron al Gobierno navarro con una marcha a pie en la que sumaron apoyos de las plantas de Tutera, Sarriguren y Asteasu. Los afectados por el expediente de cierre de la planta de Gamesa en Sakana exigieron a las puertas de la Diputación que el Ejecutivo reclame sus competencias para tramitar el expediente de extinción de empleos que la multinacional eólica presentó por sorpresa poniendo en peligro sus puestos de trabajo.

La marcha, con silbatos y tambores, arrancó desde la sede de Gamesa en Sarriguren, donde la empresa tiene dos plantas en las que trabajan unas 600 personas. Varios de los compañeros de esas dos plantas bajaron para solidarizarse con los afectados por una amenaza de cierre «a traición y motivado por la codicia», en palabras del presidente del comité de la fábrica deSakana, Ubaldo Sola. Trabajadores de Gamesa de Tutera y de la planta de Asteasu (que construye piezas para el mismo modelo de molino que la planta en peligro de cierre) también dieron la cara en Sarriguren en favor de los empleados de Altsasu.

Alrededor de 200 personas recorrieron a pie los cinco kilómetros que separan la sede de la eólica hasta la Diputación. Entre ellas, en mono de trabajo, se encontraban las 150 personas amenazadas de despido, en huelga por un día. Varios de estos trabajadores explicaron que, desde que el 25 de febrero se anunciara el expediente de cierre, las líneas de producción están prácticamente paradas. Sólo se terminan los procesos ya empezados, aunque todos los trabajadores siguen cumpliendo a rajatabla con los turnos de mañana, tarde y noche.

Nafarroa debe hacerse valer

Sola explicó que el comité ha salido razonablemente satisfecho de la ronda de consultas que mantuvieron el jueves con los distintos partidos políticos. No obstante, su emplazamiento al Gobierno de Nafarroa es claro: debe reivindicar sus competencias y ser quien diga sí o no a ese expediente.

Gamesa trató de minar esta capacidad de veto de la Diputación de Iruñea presentando el cierre en Madrid, junto con otros cuatro expedientes en otras plantas del Estado español. Ahora, desde el comité se le exige un compromiso en defensa de la planta de Sakana reclamando a la Dirección General de Empleo que saque la fábrica de Altsasu de ese totum revolutum. Según Sola, para traer la negociación a Nafarroa sólo hace falta «voluntad política» y recordó al Gobierno de UPN que «es parte directamente implicada en el proceso». Este mismo lunes por la mañana los trabajadores presentarán formalmente el requerimiento en las oficinas del Departamento de Trabajo.

Sola también expuso su profundo rechazo al modelo de negociación que ha planteado la multinacional. Gamesa pretende evitar el diálogo directo con los trabajadores de Sakana y prefiere encauzar la negociación a través de una «Comisión empresa-federaciones» que incluya a las cinco fábricas afectadas, cuando la de Altsasu es la única que se enfrenta a un cierre. CCOO y UGT han dado el visto bueno a esta plataforma, pero el comité de la planta de Sakana (con seis delegados de ELA y dos de LAB) ha desautorizado a este «órgano ficticio» a hablar en su nombre.

Desde Altsasu, aseguraron que hay vías legales y judiciales para pelear el modelo de negociación defendido por la empresa. También las hay para reclamar la tramitación del ERE en Nafarroa y que sea el propio Gobierno el árbitro de este conflicto laboral. No obstante, en este punto, la voluntad de reclamarlo del Ejecutivo resulta capital, puesto que el conflicto de competencias resulta complejo, según explicaron los trabajadores.

El comité espera reunirse de forma urgente con el consejero de Innovación y Trabajo de Nafarroa, José María Roig, quien de momento sólo ha escuchado a los responsables de la multinacional. En esa reunión, Gamesa mantuvo las condiciones del llamado «plan de empleo» presentado en Madrid. Ese documento sólo prevé la recolocación de un 30% de la plantilla de Altsasu, la mayoría de ellos en Aoiz, con otros puestos en países extranjeros. En la propuesta global (incluidas las plantas de Tauste, Sigüeiro, Miranda de Ebro y Medina del Campo) la propuesta es la de reubicar a 82 trabajadores. El consejero Roig recordó en su reunión con el director gerente de Gamesa que será firme a la hora de exigir los compromisos adquiridos por la eólica al recibir ayudas públicas.

 

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