Los botes de humo lanzados desde la capitales vascas tiñieron de morado el cielo de Euskal Herria en solidaridad con la situación que vive la mitad de su población. Las capitales vascas acogieron las manifestaciones más concurridas pero la denuncia de la vulneración de derechos que sufre la mujer llegó a la mayoría de los rincones de Euskal Herria, demostrando en muchos de esos lugares la originalidad del movimiento feminista con exposiciones de arte o imaginativas parodias.

Durante el mediodía las movilizaciones de la mayoria sindical vasca pusieron el foco en la denuncia contra un mercado laboral «totalmente precarizado para todos, pero sobre todo para nosotras» y en la repercusión que tendrán las reformas a aplicar en el sistema de pensiones y en el mercado laboral.

Con ese mensaje, la mayoría sindical vasca salió a la calle desafiando a las bajas temperaturas para denunciar que «las recetas de ajuste» que plantea «la mesa del denominado diálogo social» suponen «un claro retroceso en los derechos laborales y sociales en general y de las mujeres en particular».

Según resaltaron las centrales sindicales vascas, el recorte de las pensiones, el fomento de los contratos a tiempo parcial, la flexibilidad o el alargamiento de la vida laboral «vuelven a colocar a las mujeres en una posición subsidiarias y dependiente, lejos de avanzar hacia una igualdad real y efectiva».

Representantes de los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, bajo el lema «Prekarietatearen aurrean: Emakumeok eredu berri bat», subrayaron que «las medidas anticrisis» que propone la élite política «contribuyen a agudizar las desigualdades entre mujeres y hombres, obvian muchas de las realidades de precariedad y tienden al deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres».

«La discriminación también es opresión» o «lan berdina, soldata berdina» fueron algunos de los lemas más repetidos en la marcha que recorrió Bilbo, a la que acompañaron las trabajadoras de las residencias de la Tercera Edad, en demanda de mejoras en las condiciones laborales y salarios dignos.

Las manifestaciones convocadas por las seis centrales vascas concluyeron con un llamamiento a articular dinámicas colectivas en todos los espacios «en épocas como la actual, donde el miedo y la excusa de la crisis son utilizadas para poner en cuestión y retroceder en las conquistas logradas».

« La lucha feminista está viva»

Las movilizaciones de la tarde llegaron de la mano del movimiento feminista y estuvieron caracterizadas con la marcha mundial de las mujeres que al igual que en otros paises del mundo, arrancó ayer en Iruñea. Las convocatorias de las capitales vascas fueron las que más manifestantes acogieron y en todas ellas se tiñó el cielo de color morado.

En Gasteiz, la manifestación que partió desde la plaza San Anton exigió con contundencia el respeto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. En la capital vizcaina alrededor de un millar de personas secundaron la convocatoria de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo que partió de la Plaza del Arriaga tras el lema «La lucha feminista está viva» y que, después de recorrer la Gran Vía, regresó al mismo punto.

En Donostia e Iruñea también hubo movilizaciones que contaron con un carácter festivo a la par que reivindicativo. Más allá de las capitales, la denuncia de la desigualdad también llegó a Tafalla que se reunieron 30 y 50 en Lazkao. En las comarcas de Lea Artibai y Urola Kosta hubo concentraciones y en Azkoitia y Getaria pudieron disfrutar de proyecciones de películas.

Al norte del Bidasoa, la reivindicación de la igualdad se anticipó un día con la exitosa carrera Itxas Lamien Korrika celebrada en Angelu. Ayer Hazparne y Baiona acogieron sendas concentraciones y en Donibane Garazi se reivindicaron los derechos de la mujer mediante una expsoición de arte.

Al igual que en Angelu, fueron muchos los municipios que se adelantaron a la jornada y celebraron el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con antelación. De este modo, en Lekeitio, el sábado, se realizó una kalejira reivindicativa y una cena de mujeres que fue muy concurrida. Como también lo fue el txotx feminista de Azpeitia, la sorgin gaua de Zarautz o la jornada festiva organizada en Irun por Bilgune Feminista.