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Un terremoto de magnitud 6 provoca 51 muertos en Kurdistán

Un terremoto de magnitud 6 provocó 51 muertos y unos 70 heridos en Kurdistán, donde las casas construidas con adobe no resistieron el impacto del movimiento sísmico. Las autoridades turcas suspendieron horas después las tareas de rescate tras destacar que ya no quedaban cuerpos bajo los escombros. Los supervivientes tuvieron que pasar la noche en tiendas de campaña del Creciente Rojo.
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Las búsqueda de eventuales supervivientes se dieron por finalizadas ayer en Kurdistán, horas después de que un seísmo de magnitud 6 en la escala de Richter provocase 51 muertos y unos 70 heridos en la provincia de Elazig, donde una multitud de casas construidas con ladrillos de adobe se derrumbaron.

La Dirección de Situaciones de Emergencia de Ankara y la célula de crisis instalada en Elazig rebajaron el balance inicial de 57 muertos que hizo público inicialmente el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, cifrándolo en 51.

Estos dos organismo añadieron que el número de heridos era 71.

Las víctimas, entre ellos numerosos niños, vivían en cinco aldeas próximas al epicentro, localizado en Karakoçan, en la provincia kurda de Elazig, atravesada por la falla sísmica activa de Anatolia oriental.

«No hay más personas bajo los escombros», afirmó el gobernador de Elazig, Muammer Erol, ocho horas después del terremoto, que se registró a las 4.32 [3.32 en Euskal Herria].

La búsqueda se interrumpió a media jornada, después de que los servicios de emergencia constatasen que no había ningún superviviente entre los escombros, indicó a France Presse un portavoz de la célula de crisis local, contactado telefónicamente desde Ankara.

El seísmo sorprendió a los habitantes de las aldeas mientras dormían.

«He tenido mucho miedo, los muebles de la casa se han caído y la televisión ha estallado durante las sacudidas», relató Zeynep Yüksel, una joven adolescente, refugiada con su familia bajo una tienda del Creciente Rojo.

«Salí rápidamente a la calle, miré a la izquierda y a la derecha para comprobar que no quedaban casas. Todo se había hundido», cuenta otra superviviente, que no quiso dar su nombre.

Aldeas destruidas

Explicó que retiró con sus propias manos los restos de una casa y los cadáveres de dos niños, sus primos, cuya madre también se encuentra en la lista oficial de fallecidos.

En estas aldeas, las casas generalmente se construyen con abobe y son poco resistentes ante las sacudidas sísmicas, habituales en la zona. Precisamente, son este tipo de viviendas las que se han derrumbado, mientras que las construidas con hormigón han resistido.

Tras el terremoto, se registraron numerosas réplicas, la más potente de las cuales alcanzó una magnitud de 5,5.

«El hecho de que estas casas estuvieran construidas con adobe nos ha hecho pagar una pesada factura», lamentó en Ankara Erdogan.

Los equipos de emergencia llegaron rápidamente a la zona y removieron los escombros durante varias horas, relató un periodista de France Presse en Okçular, una aldea kurda de 860 habitantes, donde la lista de fallecidos se eleva a 18 y la mayoría de las casas se han derrumbado.

Un equipo del Creciente Rojo turco, llegado a la aldea, distribuyó mantas y comida caliente a los vecinos, que también tomaron parte en las tareas de búsqueda de fallecidos, haciendo frente al frío, mientras las ambulancias evacuaban a los heridos a los hospitales de Elazig.

Para primera hora de la tarde, ya se habían enterrado una decena de cuerpos, siguiendo la tradición musulmana, tras las oraciones en la mezquita de la aldea, cuyo minarete también se hundió.

Una unidad de la Jandarma -policía militarizada turca- también se desplegó en esta aldea kurda, situada a unos 1.800 metros de altitud.

La baja calidad de las casas elevó la mortandad del seísmo

«Un terremoto de esta magnitud no debería causar ningún muerto, pero las casas construidas con adobe, que no resisten los terremotos, provocan mucha muerte y destrucción», señaló a la web del diario «Hürriyet» Ahmet Mete Isikara, experto en sismología.

Isikara destacó que Chile tomó medidas tras padecer en 1960 un terremoto de magnitud 9,5, lo que minimizó los efectos del temblor de magnitud 8,8 que padecieron la pasada semana. «Turquía debería aprender de lo sucedido en el terremoto de Elazig y comenzar un proceso de transformación rural similar al iniciado en el ámbito urbano», añadió.

Nasuh Mahruki, oficial de la Asociación de Búsqueda y Rescate (AKUT), coincide al señalar que si la estructura de las construcciones hubiera sido más sólida, habría habido menos muertos. «Afortunadamente, el epicentro de Elazig no estaba en una ciudad, a diferencia de los de Chile y de Haití», destacó.

El Gobierno turco comenzó un programa de mejora de los edificios tras los terremotos que asolaron en agosto y noviembre de 1999 la región del mar de Mármara, vecina a Estambul, provocando más de 20.000 muertos.

Sin embargo, las mejoras no han llegado al ámbito rural turco ni a las aldeas de Kurdistán, donde la mayoría de las viviendas siguen construyéndose con adobe.

Los expertos señalan que, al igual que la estadounidense San Francisco, la metrópoli turca de Estambul se verá sacudida en un futuro por un macroterremoto con consecuencias desastrosas. M.D.

tiendas de campaña

Los supervivientes del terremoto pasaron la noche en tiendas de campaña y emplearon braseros para hacer frente a las gélidas temperaturas del invierno en las montañas kurdas.

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