Una candidata de extrema derecha a la Presidencia de Austria rechaza la ley que prohíbe al partido nazi, lo que pone en solfa la presunta transición de este país después de la II Guerra Mundial. Barbara Rosenkranz, dirigente del FPÖ, suma en los sondeos entre un 15 y un 20% de intención de voto en su lucha contra el actual presidente, el socialdemócrata Heinz Fischer.

La Ley de Prohibición de 1947 (Verbotsgesetz) prevé hasta 20 años de cárcel para quien intente reconstituir el partido nazi, propague su ideología o niegue el Holocausto.

Rosenkranz, cuyo marido fundó el neonazi NPD, apela a la «libertad de expresión». Elegida en el seno del ala más ultra del FPÖ, sus declaraciones le han valido críticas desde el interior de su propio partido.