Un soldado turco murió ayer al estallar una mina colocada por rebeldes kurdos en Kurdistán, el segundo incidente mortal en menos de 24 horas en esta zona, según informó Anadolu Ajansi.

La explosión se produjo durante una misión de «limpieza» en una zona rural cerca de la aldea de Semdinli, en la intersección de las fronteras con Irak e Irán.

Un incidente similar en esta región costó la vida el lunes a otro soldado turco e hirió a tres más.

Medios turcos señalaron que el militar fallecido ayer formaba parte de un despliegue para localizar al grupo de insurgentes kurdos que participó en la acción del lunes.

Estos dos incidentes se registran tras un periodo de relativa calma en la lucha armada del PKK, que suele emplear habitualmente minas contra el Ejército turco.

Tras los dos incidentes, el Ejército turco inició una operación contra los rebeldes kurdos que aún se mantiene activa.

La web del diario turco «Hürriyet» destacó que los dos incidentes se produjeron «tras la habitual interrupción de la lucha entre el Ejército y el PKK cuando la nieve convierte en inaccesible el montañoso terreno del Sureste del país [Kurdistán Norte]».