Acuerdo para la transferencia de competencias
Gran respaldo de Stormont al traspaso de Justicia e Interior
Después de 38 años, una votación «clave» en un día «histórico» dio ayer luz verde a la transferencia de Interior y Justicia de Londres a Belfast. El próximo 12 de abril acabará un ciclo que se inició con la suspensión de los poderes del Ejecutivo unionista en 1972, al inicio del conflicto norirlandés, y se cerrará con la devolución de éstos al Gobierno pluripartito fruto de un proceso negociador y liderado por los republicanos de Sinn Féin y los unionistas del DUP.
Soledad GALIANA | DUBLÍN
Tal y como se esperaba una vez que se confirmó en la noche del lunes el apoyo de la ejecutiva del DUP a la transferencia de Justicia e Interior, el voto mayoritario de la Asamblea norirlandesa rubricó ayer la devolución de poderes, que tendrá lugar el próximo 12 de abril, 38 años después de que el Gobierno de Londres decidiera suspender la transferencia en materia de seguridad al Ejecutivo unionista cuando, en 1972, se reactivó el conflicto norirlandés.
De los 105 integrantes de la Asamblea, un total de 88 apoyaron la moción, mientras que los 17 representantes del UUP se posicionaron en contra del UUP.
Pero se requería no sólo la mayoría de los votos en la Cámara Legislativa de Belfast, sino también la mayoría en el seno de los dos grupos -el unionista y el nacionalista- que la conforman. El 100% de los 44 escaños asignados a formaciones políticas que se consideran a sí mismas nacionalista y que son ocupados por SDLP y Sinn Féin, votaron a favor de la transferencia, mientras que en el lado unionista, los 35 votos que suman el DUP y el PUP apoyaron la moción y los diecisiete del UUP se opusieron. Los nueve diputados restantes, desde Independientes hasta miembros del Partido de la Alianza o de los Verdes, votaron también a favor.
El primer ministro británico, Gordon Brown, felicitó a los norirlandeses por una votación que marca el fin de décadas de dificultades. «Envía el mensaje más poderoso a aquellos que quieren la vuelta de la violencia: que la democracia y la tolerancia prevalecerán», aseguró el líder laborista, que se ha comprometido a dotar con un presu- puesto de casi mil millones de euros al nuevo Ministerio de Justicia norirlandés. «El coraje y liderazgo de los partidos que votaron para completar la devolución en Stormont va a ser resaltado en el mundo», aseguró.
El republicano Gerry Kelly calificó el resultado de «contundente» y lo consideró «un paso gigantesco para los norirlandeses y el resto de Irlanda», coincidiendo así con el primer ministro irlandés, Brian Cowen, que se felicitó por «un día histórico».
El jefe de la Policía norirlandesa, Matt Baggot, cree que la transferencia de Justicia e Interior «fortalecerá su servicio», ya que se ha enviado un claro mensaje de que «podemos trabajar juntos y planear el futuro».
Recriminaciones unionistas
Durante el debate parlamentario, en el que tomaron la palabra los representantes de las distintas formaciones políticas representadas en la Cámara, se escucharon recriminaciones constantes al UUP por no apoyar la devolución de las competencias. Quizás lo más sorprendente ayer fue que durante la discusión, los reproches no fueron del unionismo al nacionalismo o viceversa, sino que se produjeron sobre todo entre los partidos que representan a la misma comunidad. Esta circunstancia debe interpretarse en el contexto de las elecciones al Parlamento británico, que se celebrarán a mediados de mayo. Por eso, los ataques más feroces partieron del DUP hacia el UUP, al que acusaron de defender sus intereses partidistas aún a costa del futuro de los norirlandeses.
Ian Paisley Junior, que comparte nombre con su padre -al que sustituirá como candidato del DUP al Parlamento de Londres por el distrito del norte de Antrim-, acusó al UUP de querer mantener la Asamblea de Belfast como «un lugar de ridículo», mientras que Jeffrey Donaldson -que abandonó el UUP cuando este partido decidió compartir Gobierno con Sinn Féin- acusó a su antigua de incentivar las acciones de los grupos disidentes republicanos opuestos al proceso político con su negativa a apoyar la transferencia y sus críticas a las instituciones norirlandesas. El también parlamentario del DUP Alaister Ross imputó al UUP la pérdida de toda credibilidad.
Interés electoral
Por su parte, el UUP acusó al DUP de haber vendido sus principios y justificó su decisión de oponerse a las transferencias -que, en principio, apoya- en la falta de participación de los partidos minoritarios norirlandeses en la redacción del Acuerdo de Hillsborough. Curiosamente, algunas de las criticas más duras contra la labor del Ejecutivo partieron de ministros del UUP como Michael McGimpsey, quien describió al Gobierno norirlandés como «disfuncional» y afirmó que el DUP decidió apoyar la transferencia para evitar unas elecciones anticipadas en el norte de Irlanda en las que podría perder parte de sus escaños. «Pero el DUP sabe que tarde o temprano deberá enfrentarse a las urnas», aseguró.
El líder del UUP, Reg Empey, acusó a Sinn Féin de obstaculizar la labor del Ejecutivo porque «no permite a todos los partidos tomar parte en los trabajos», y reiteró su oposición a la transferencia a pesar del «chantaje e intimidación sufridos en los últimos días».
El líder del DUP y primer ministro norirlandés, Peter Robinson, achacó al UUP haber puesto su estrategia electoral por delante de sus principios. «Creo que es el momento de que avancemos. No se puede volver al pasado. En la historia hay momentos de desafío y momentos claves. Éste es uno de ellos», subrayó Robinson durante su intervención.
Elección del ministro
Entre los partidos nacionalistas el principal argumento para la confrontación se centró en el mecanismo de elección del nuevo ministro de Justicia, cargo que correspondería al SDLP, según el mecanismo d'Hont, que da a los partidos más votados la posibilidad de nombrar a los ministros del gabinete norirlandés. Dolores Kelly acusó a Sinn Féin de violar el Acuerdo de Viernes Santo con la posible designación del líder del Partido de la Alianza, David Ford, como ministro de Justicia.
Pero el diputado republicano John O'Dowd se encargó de recordar a sus colegas nacionalistas que «el procedimiento de elección del ministro fue aprobado en esta Cámara el 1 de diciembre del 2009 en el marco de la Ley del Ministerio de Justicia», que en su párrafo segundo recoge que el ministro de Justicia será elegido en votación en la Asamblea. «Si el SDLP de verdad considera que esto es caciquismo, ¿por qué votaron a favor?», preguntó O'Dowd.
La transferencia de la Justicia y del control sobre los cuerpos policiales norirlandeses de Londres a Belfast han sido una de las demandas claves para Sinn Féin desde la firma del Acuerdo de San Andrés, el 13 de octubre del 2006. Precisamente, este documento vislumbraba la transferencia para mayo del 2008, pero la oposición unionista la hizo imposible en su momento, y este retraso, junto al relevo en el liderazgo del DUP de Ian Paisley por Peter Robinson, abrió una crisis en el Ejecutivo durante la segunda mitad del 2009 que amenazó la estabilidad de las instituciones norirlandesas.
Pero en febrero de este año, y después de casi dos semanas de intensas reuniones, los dos socios mayoritarios en el Gobierno pluripartito norirlandés, DUP y Sinn Féin, firmaron el Acuerdo de Hillsborough, que recoge, entre otras medidas sociales y culturales, la devolución de Justicia e Interior y la elección de un candidato que cuente con el apoyo tanto de unionistas como nacionalistas para el nuevo Ministerio de Justicia.
El pacto entre Conservadores y UUP supone ya oficialmente un dolor de cabeza para la líder del partido británico, David Cameron. Sus expectativas de tener presencia en el norte de Irlanda, a donde no llegan los laboristas británicos, podría costarle caro en las elecciones de mayo al Parlamento de Londres, cuando tenga que explicar a su electorado por qué su partido, que apoya la transferencia de poderes, va a los comicios con el único partido norirlandés que votó en contra .Un nuevo golpe a su carisma, tener que admitir ante el ex presidente estadounidense George W. Bush que no pudo convencer al UUP para que cambiara su intención de voto.
S.G.
El Partido de la Alianza ha sabido jugar bien sus cartas en el proceso norirlandés, y su decisión de establecerse como el eje de la balanza política le va a resultar rentable, ya que su líder, David Ford, se vislumbra como el nuevo ministro de Justicia en el Ejecutivo norirlandés gracias al pacto entre Sinn Féin y DUP en el sentido de que ese cargo debe ser ocupado por alguien «neutral», es decir, que no defina como unionista o como nacionalista.
Esta situación «privilegiada» también ha sido valiosa en el juego político norirlandés, como ocurrió en 2001, cuando su decisión de realinearse como unionista, junto con otros dos miembros de su partido, salvó al Ejecutivo de David Trimble (UUP).
Sin embargo, su designación se ha visto salpicada por la controversia. En un principio, se negó a ser considerado para ese puesto ya que estimaba que no se habían producido suficientes avances en legislación social. Este escollo fue salvado cuando el Gobierno acordó las bases de la nueva legislación a mediados de febrero.
Una vez nominado, la filtración de un correo electrónico en el que calificaba de «sin sentido» la investigación de la actuación de las tropas británicas en la matanza del Domingo Sangriento le valió críticas de la comunidad nacionalista. Ford se reunió con los afectados para explicar que su opinión se había sacado de contexto.
Ford es un presbitariano nacido en Inglaterra, hijo de norirlandesa y galés. Llegó al norte de Irlanda en 1969, al inicio del conflicto armado. Se unió al Partido de la Alianza en la universidad y conjugó su actividad politica con su trabajo como asistente social.
S.G