La improvisación y la incertidumbre siguen rigiendo el día a día del Deportivo Alavés, en el que ayer se oficializó el relevo en la presidencia, que pasa de Fernando Ortiz de Zarate a las de Alfredo Ruiz de Gauna, investido ayer por mayoría absolutísima en la Junta Extraordinaria que tuvo lugar en la sala de prensa de Mendizorrotza. De todos modos, el nuevo Consejo de Administración, de cinco miembros, y formado por el propio Ruiz de Gauna, sus tres hijos y de Miguel Calvo, un estrecho colaborador del empresario desde hace más de veinte años, es absolutamente virtual, después de que otro empresario, Guillermo Asarta, confirmara a la prensa minutos después de que los accionistas abandonaran la junta que entrará en el mismo, en principio «a partes iguales» con el nuevo presidente.

El empresario hostelero entrará de esta manera a formar parte de la nueva directiva, pocas semanas después de que renunciara a entrar en un triunvirato con el propio Ruiz de Gauna y con Ortiz de Zarate, el principal obstáculo de su renuncia, a pesar de que en su día adujera falta de liquidez y escasez de tiempo para tomar una decisión tan importante.

Lo que ni Alfredo Ruiz de Gauna ni Guillermo Asarta desvelaron fue la forma en la que el segundo entrará en la operación. El nuevo presidente explicó que no saben si entrará formando parte de la ampliación de capital o facilitando un crédito. Asarta se limitó a aclarar que entrará «de la forma en la que me lo pida» el nuevo presidente albiazul.

Junta extraña

La Junta Extraordinaria celebrada ayer en Mendizorrotza respondió a la extraña situación por la que atraviesa el club, no por el resultado de la votación del único punto del orden del día, la elección del nuevo consejo, que fue aprobado con un 99,33% de las acciones representadas en la asamblea, incluidas las que siguen en posesión del presidente saliente, Fernando Ortiz de Zarate, sino por el desarrollo de la misma.

Y es que, como censuró un accionista que tomó la palabra, esa única candidatura recibió tal abrumador apoyo sin que el nuevo consejo haya dado ni la más mínima explicación sobre sus proyectos deportivos o económicos. La única aclaración que se ofreció públicamente a la asamblea fue la promesa de Ruiz de Gauna de que «el tema económico estará solucionado en el plazo de un mes».

Choca que, con los dos protagonistas presentes en la sala, el anuncio de la entrada de Asarta se hiciera al término de la asamblea y a la prensa.

De lo que no se habló fue de la posible llegada de otros inversores que están a tiempo, hasta el día 18, de hacerse con el control del club si se hacen con los 2,7 millones que quedan por cubrir.