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Raimundo Fitero

A media asta

El fútbol, de nuevo, como actividad de alto contenido político, copó los resultados de audiencia de la noche del miércoles, pese a la fragmentación que representa su emisión por las cadenas públicas adscritas a la Forta. Estos datos de amplias audiencias tan reiteradamente expresados tienen un amplio movimiento económico, por lo que la circunstancia de la caída del Real Madrid de las próximas fases de la Champions League va a tener repercusiones en el PIB. De entrada, el propio club va a dejar de ingresar veinte millones de euros. Es la parte de cuota que reciben los equipos por su participación en las eliminatorias. Una cantidad que dentro de las macro-cantidades en la que se mueve el equipo parece anecdótico, pero además de lo que deja de recibir directamente, está lo que recibe indirectamente, sin menospreciar la devaluación de la propia marca y de sus iconos más representativos y rentables en venta de camisetas, e ingresos atípicos varios.

Alrededor de estos eventos existe un movimiento comercial importante y el estar o no estar en la parte final de una competición de esta índole significa una rebaja en las expectativas de ingresos de miles de bares, televisiones, periódicos y radios. Se trata, por lo tanto, de un desastre que por mucho que se quiera vender con etiqueta deportiva, y en este caso como remota forma identitaria de un españolismo rancio, la verdad es que la debacle es, sobre todo, económica, y en ello influye la deflación que la bajada de ilusión provoque en el consumo de todo lo periférico.

No sería extraño que declarasen algún día de luto y colocaran las banderas a media asta la rojigualda, porque la rabia, el mal perder, la prepotencia y el catetismo absolutista quedaron reflejadas en «Punto pelota» de Intereconomía y que si se mira con ojos de etólogo se llega a la conclusión de que esos señores que gritan pertenecen a una raza en declive, pero que mantienen intacto el código genético del tardofranquismo. Y todo por un simple y puñetero juego que se ha convertido en la gran droga social y, supuestamente, interclasista. Se pueden sacar muchas conclusiones de esta situación tan desmadrada.

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