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Declaración institucional en el Congreso de los diputados

PNV y NaBai apoyan la falacia de que ETA mató a la niña Urroz en 1960

El Congreso declaró ayer el 27 de junio como «Día de las Víctimas del Terrorismo». El acuerdo contó con el apoyo de PNV y NaBai y la elección de la fecha se justificó atribuyendo a ETA la muerte en ese día de 1960 en Donostia de la niña de 22 meses Begoña Urroz. El presidente, José Bono, dijo que «todo el mundo debe saber y nadie debe ignorar» esto. Y los diputados de PNV y NaBai le aplaudieron. Aquella y otras bombas fueron colocadas y asumidas por el DRIL.

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

El Congreso de los Diputados aprobó ayer por unanimidad declarar el 27 de junio como «Día de las Víctimas del Terrorismo». Su presidente, José Bono, lo anunció en una declaración institucional durante un acto de recuerdo a las víctimas del 11-M y en presencia de altas autoridades del Estado, entre ellas la presidenta del Tribunal Constitucional y el presidente del Tribunal Supremo.

En su discurso, Bono explicó que «cualquier día serviría porque nuestro calendario desgraciadamente está lleno de tragedias por culpa de los terroristas. Sin embargo, junto a todas las asociaciones de víctimas, que por unanimidad así lo han propuesto, hemos adoptado esta mañana la decisión unánime de que ese día sea el 27 de junio de cada año».

Y añadió que «el 27 de junio de 1960, hace 50 años ETA asesinó por primera vez, su víctima fue Begoña Urroz. Todo el mundo debe saber y nadie debe ignorar ni en España ni fuera de España que la primera víctima de ETA fue una niña 22 meses, que hoy tendría 52 años. Este año es tan significativo y tan evidente que pone de relieve la vileza y la inmoralidad por sí solo de la banda».

La declaración institucional leída por José Bono y el acuerdo para la elección de la fecha se adoptaron contando con el apoyo de PNV y NaBai.

Pero no fue ETA

No resulta fácil entender la necesidad de atribuir a ETA la muerte de Begoña Urroz. Fue el 19 de setiembre de 2000 cuando Ernest Lluch publicó un artículo en «El Correo Español» apuntando esta posibilidad en base a algunos comentarios de la época, aunque reconocía que no había encontrado «ni en Lazkao ni en publicaciones que ETA se atribuyera la colocación de las bombas en 1960».

Recientemente, el historiador Iñaki Egaña recordaba que, además de la bomba de la estación de Amara en Donostia que mató a Begoña Urroz, en aquellos días se colocaron otras en la de Atxuri de Bilbo, en la del Norte de Barcelona, en la de Chamartín de Madrid y en el tren correo de Madrid a Barcelona.

Todos los atentados se realizaron con maletas llenas de explosivo que fueron colocadas por el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) compuesto -según recogía Egaña- por una amalgama de militantes comunistas, anarquistas y guevaristas, dirigidos aparentemente por militares portugueses exiliados, entre ellos el general Humberto Delgado, que finalmente sería ejecutado en el Estado español en 1965.

11-M: hace seis años también atribuyeron las bombas a ETA

La declaración del Congreso de los Diputados, atribuyendo a ETA un atentado que no cometió, se produjo en el sexto aniversario de las terribles explosiones en los trenes de Madrid que causaron 191 víctimas mortales. También entonces el Gobierno español se empeñó, en contra de toda evidencia, en culpar a ETA de la masacre. Y también entonces tuvieron en el primer momento el apoyo del PNV. Basta recordar la solemne declaración del lehendakari Juan José Ibarretxe, que nunca después rectificó.

En su obcecación, el Gobierno de José María Aznar llegó incluso a implicar a las más altas instancias internacionales. Cabe recordar que hasta el Consejo de Seguridad de la ONU se vio impelido a incluir en su declaración de condena una mención expresa a ETA, pese a que fuentes diplomáticas señalaron que inicialmente Rusia se había opuesto a mencionar a esta organización por no haber reclamado todavía su autoría.

La pesadilla de Aznar, su ministra de Exteriores, Ana Palacio, y su ministro del Interior, Ángel Acebes, fue aquel día Arnaldo Otegi, quien desde las nueve de la mañana, por intuición, ya había atribuido la colocación de las bombas a grupos «yihadistas», lo que pudo confirmar horas más tarde, al mediodía, teniendo ya en su poder informaciones de servicios secretos extranjeros.

ETA no puso las bombas del 11 de marzo de 2004, ni tampoco las del 26 y 27 de junio de 1960 en cinco estaciones de tren en Donostia, Bilbo, Madrid y Barcelona. I. I.

«Tengo documentos en los que el DRIL reconoce su autoría»

El escritor Xurxo Martínez Crespo declaró recientemente a «Deia», en torno a este atentado, que «tengo la certeza de que fue el DRIL. Tengo en mi poder documentos de Jorge de Soutomaior, que era uno de los comandantes del DRIL, en los que se reconocen autores del atentado y señalan que la muerte de la niña Begoña Urroz fue un grave error».

El escritor señalaba estar documentado «sobre lo que fue el DRIL y las acciones que realizaron».

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