Un decenio intenso conduce a Kaótiko hasta «Reacciona»
Diez años se los merienda el tiempo en un instante: para la mayoría es un espacio en blanco, para los más afortunados quedan las obras y los recuerdos. En este sentido, Kaótiko lleva seis discos que escriben buena parte de su historia, además de cientos de conciertos que salpican cada año de vida. Es su legado, su trabajo con miles de horas repletas de esfuerzo y entusiasmo. Una biografía que comienza en Agurain, tras la ruptura de Kaos Etíliko.
Pablo CABEZA | BILBO
En Agurain, a mediados de la década de los noventa, se inicia una experiencia llamada Kaos Etíliko. El grupo funciona y sus canciones las corea la peña como si fuesen un tatuaje de su propia piel. Kaos Etíliko vive dos o tres años de pleno fulgor. Sin embargo, problemas personales, discusiones de contenido, terminan en La Caza, posteriormente Sioux ,y, de otra parte, Kaótiko. La travesía no es sencilla, pues el proceso de ruptura es poco amigable.
Hoy en día, aquellas rencillas se recuerdan como peleas juveniles que, en cualquier caso, sirvieron para que Kaótiko se pusiera de nuevo las pilas y debutase con un punzante «Mundo kaótiko».
Kaótiko ha conocido el éxito desde sus primeros días, pero lo han tenido que pelear con el sol de cada mañana. Música sí, pero también trabajos en paralelo para completar la jornada. Y ahora, en su décimo aniversario, aguantando la crisis del currela. «Joder que si está mal todo. No sé hasta cuándo perdurará, pero no pinta muy bien. Parece mentira que, por cuatro que manejan la pela, tengamos que pagar siempre la gente obrera. Refiriéndome a lo musical, creo que las discográficas son las que están enfermas. Ellas son las que ponen el dinero y luego no venden. Pero, bueno, ya se preocupan de recuperarlo mediante otros caminos. Los grupos somos los que nos podemos reponer mejor; claro, siempre y cuando haya bolos, que aunque la situación no es la más óptima se va tirando», concreta Xabi Aldaz, batería del grupo.
El sistema adormece
La mayoría de la gente se muestra un tanto indolente hacia todos los males de la sociedad. Kaótico se forma una década posterior a la explosión punk en Euskal Herria y recoge la mayoría de los postulados del movimiento. Continúan existiendo muchas bandas punk-rock alertando del adocenamiento de la juventud y Kaótiko persisten con un título explícito: «Reacciona». «Nos hemos acomodado, creo yo; pero no dormido ni enfermado gravemente, todavía se pueden solucionar muchas cosas. Hay que activar-activarse antes de que nos anulen en todos los aspectos, porque entre unos y otros ganas no faltan. Tenemos que mirar alrededor y tomar ejemplo de los válidos, que no todos están sobaos, gente que trabaja día a día para sacar adelante una de las cosas mas difíciles que hay: que es esta vida llena de obstáculos y trabas, donde, de paso y para sedarte, te subvencionan sin comerlo ni beberlo», reflexiona Xabi.
Siendo unos jovenzuelos crearon Kaos Etíliko; tres años más tarde, Kaótico. Son diez años donde han vivido cientos de situaciones. «Mira, cientos no, miles de vivencias. Conoces gente de puta madre con las que completas una amistad en diferentes lugares; otras, no tanta, jeje. Viajas y te montas unas cuantas borracheras de las felices y buen rollo. En lo musical, te enriqueces interiormente con las tablas que vas cogiendo y todo lo que te aportan. Creces casi automáticamente como grupo. Son años, pero, y quizá lo más importante, seguimos divirtiéndonos cada vez más», confiesa Xabi.
Buscándole un lado negativo al decenio, el preciso y rápido batería de Kaótico se acuerda en especial de la censura política y mediática hacia ciertos grupos: «No es admisible ni comprensible el linchamiento que tenemos que soportar, en general, por tener unos ideales que incomodan a sectores reaccionarios, siendo lo peor no tener pleno derecho a la libertad de expresión y sin que esta conducta tenga consecuencias después»
Directos
Kaótiko llevan seis discos orientados hacia el punk-rock con melodías y coros muy cuidados. Hasta el momento persisten en sus claves, como vuelven a demostrar en «Reacciona». Quizá sean músicos marcados por unos acordes y unas formas, pero es el terreno que dominan y sobre el que se asientan con seguridad. Hay gente empeñada en la transformación, en ocasiones, un riesgo innecesario y petulante.
De momento, cada año y medio o dos Kaótiko regresa al estudio, donde son capaces de pintar diferentes cuadros con el mismo estilo y colores semejantes, Lo que nos lleva a pensar, una vez más, que lo importante en un grupo son las composiciones, la gracia de dar con los tres o seis minutos perfectos y no tanto el estilo o la evolución. Xabier matiza: «A lo mejor, cuando empiezas, si que te pueden llegar a importar las etiquetas y qué pensaran o dirán los demás. Con el tiempo te das cuenta que tú haces las cosas para disfrutarlas y para que las disfruten tus seguidores. Ahora bien, cada uno tiene sus gustos y cabe que no todos se sientan identificados con nuestra música. Se pueden calificar las cosas dando una opinión objetiva, sea buena o no, pero otra cosa es que te cataloguen de forma despectiva para mofarse y, en muchos casos, sin que tengan ni puñetera idea del trabajo que puede llegar a tener un grupo a la hora de componer, arreglar y grabar». concluye Xabi mientras se dispone para un nuevo ensayo.
«Reacciona» es un gran disco en su estilo. Canciones punk-rock sin secretos, pero inspiradas: «Al final del túnel», «Levantando la voz», «Pederasta», «Gloria», «Míratelo», «Distintas armas», «Resurrección», alguna más. Nada mal para tanta banda insulsa. «Somos un grupo con unos patrones muy similares en todos los cedés, pero también te puedo decir que trabajamos disco a disco para mejorar y evolucionar. No voy a ponerme a analizar todos los temas, pero, por ejemplo, `Al final del túnel' es una canción con unos matices fuera de lo habitual en Kaótiko o `El txarli y el rata' y `Quién manda aquí', que llevan un ritmo más rápido que otros temas de años anteriores», señala Xabi.
Es cierto, «Reacciona» es el pasado al que se le ha dado el mismo brillo canción a canción, y apuestas nuevas donde la aceleración o el matiz lo distancia. No obstante, sus ejes continúan siendo nombres tan habituales y grandes como lo fueron La Polla Records (sin ánimo de empalagar con la socorrida comparación) o Bad Religion. «Cuando escuchas desde joven ciertos estilos y grupos, que son los que te motivan, a la hora de componer, las ideas y sonidos percibidos dejan huella y salen. Es algo innato, sale sin querer, pero nuestra intención nunca es querer sonar como esas bandas con las que creciste. Esos nombres que mencionas son grandes y para nosotros es un halago». P. C.
Kaótiko es uno de los grupos afortunados en conciertos; se lo han ganado. Mañana se les puede escuchar en el Doka de Donostia. El 20 en el Jimmy Jazz de Gasteiz, el 8 de abril en Kafe Antzokia de Bilbo y el 10 en Lur de Elizondo.
Excelente trabajo el realizado por el grafista Carlos Undergroove, que no debuta con Kaótiko, puesto que ya ha diseñado portadas para otros artistas, Soziedad Alkohólica entre ellos. Color, imágenes, dinamismo y un acabado artístico.
Los conciertos de Kaótiko son físicos, dinámicos y cómplices. Los seguidores siguen los ritmos, cargan unos contra otros, escuchan y acompañan en los momentos más melódicos. Todo de forma natural. «La verdad, para lo que buscamos no nos hace falta meter efectos. Si acaso alguna cosilla en el estudio que luego no supone pérdida alguna para el directo, somos ciento por ciento naturales». Un sobrio y vigoroso directo que tiene su origen en no perder de vista al local de ensayo. «Nos puede dar cierta pereza ensayar las canciones que tocamos cada semana en directo, pero lo superamos y ahí estamos cada semana. No hay otra, hay que ensayar si quieres que todo resulte bien». Y de los ensayos y plena forma van llegando los bolos: «Por ahora no estamos notando bajón en el número de conciertos. Quizá sea un poco pronto para decirlo, pero viendo como está la cosa, algo se notará. No obstante, nosotros ya estamos cerrando conciertos de verano».
Lo corriente es que a ciertos estilos se les trate de manera diferente en todos los sentidos. El punk-rock no es de los mejor parados, pero Kaótiko es gente sencilla y se lo toma sin grandilocuencias incluso a la hora de la cena: «Normalmente -indica Xabi-, la organización sí nos ofrece la cena. Nosotros somos de menú o bocata, no exigimos demasiado. Mira, donde cenamos de maravilla es en los gaztetxes, que nos preparan unas cenas de la hostia». P. C.