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París-Niza

Contador lo aguanta todo

El madrileño pudo con los últimos embistes de los hombres de Caisse d'Epargne y se adjudicó su segundo triunfo en la París-Niza.

GARA | BILBO

Alberto Contador ya puede presumir de su segunda París-Niza. Se la adjudicó con autoridad pero sin excesos porque las distancias, cortas, imposibilitaron que la última etapa se conviertiera en un paseíllo para el campeón.

Fue cosa del dueto de Caisse d'Epargne -Valverde y Luis León Sanchéz-, que no dejó de intentarlo pero que tuvo que acabar conformándose con escoltar al madrileño en el podio final. Y es que Contador, y no tanto su equipo, lo aguantó todo. Tanto que hasta, por momentos, tomó la iniciativa, harto de comerse las uñas mirando el retrovisor.

Los 119 kilómetros de la última etapa por los alrededores de Niza no son aptas para la campanada. Pero los habituales ascensos a Porte, La Turbie y Eze, combinados con la exigua ventaja con la que llegaba Contador a la última jornada y la capacidad de Caisse d'Epargne, con dos hombres en condiciones de pelear por el triunfo, sí podían convertir el día en una pequeña trampa para el líder de Astana.

No hizo falta mucho para que comenzasen las escaramuzas: primer ataque de Valverde en Porte, su compañero sumando algunos segundillos de bonificación... Y la tensión en aumento, con un Astana que protegió al jefe mientras pudo.

Más o menos hasta que llegó la batalla definitiva, ya en la ascensión al Col d'Eze. El escenario que eligió Contador para hacer valer sus galones. Cansado de aguantar el picoteo de sus rivales, el madrileño acabó tomando la iniciativa y lanzó un ataque que pudo salirle por la culata. Porque a su rueda se fueron Joaquim Rodríguez, Rein Taramae y, cómo no, la alternativa bicéfala de Caisse.

Entre todos intentaron hacer la vida imposible al de Pinto, que acabó viéndose liberado con la llegada de un grupo mayor, pero que no pudo respirar hasta recorrer el Paseo de los Ingleses.

Por allí había pasado ya el vencedor de la etapa. Amaël Moinard había hecho bueno el maillot a puntos marchándose en la primera ascensión junto a Thomas Voeckler. Ambos se mantuvieron en cabeza, jugando con una ventaja que nunca llegó a los tres minutos y que la batalla en el pelotón redujo a su mínima expresión, para acabar jugándose el triunfo mano a mano. Se lo llevó el de Cofidis.

«Esto me da confianza», dice el ganador, que ya piensa en Euskal Herria

Fue una victoria «diferente» a la de 2007, pero igualmente satisfactoria «a muchos niveles», explicó Alberto Contador. «Es una carrera que no me va especialmente bien, muy nerviosa, rápida y con muchas bonificaciones durante la carrera, y me ha servido para ver que tengo buenas piernas».

«Me da confianza para las próximas carreras», aseguró igualmente el madrileño, que ya piensa en la Vuelta a Euskal Herria.

Contador, por otro lado, no cree que Astana genere dudas. «Hay que ver que ésta es una carrera muy difícil de controlar -recordó-. Estoy contento, el equipo está conmigo al cien por cien».

Samuel Sánchez, por su parte, hizo una «lectura totalmente positiva» de su actuación, con una única «pega, no haber entrado en el podio por cinco segundos».

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