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Obama afronta, con la votación de su reforma sanitaria, una semana crucial

El futuro político de Obama dependerá en buena medida de si su reforma sanitaria es aprobada o no esta semana. Y es que pese a que le basta con la mayoría simple, la rebelión de sectores demócratas conservadores y liberales hace peligrar su proyecto estrella.

David BROOKS |

Tras un año de negociaciones en Washington sobre la prioridad política de Obama -descrita por sus promotores como la reforma más ambiciosa de salud desde el New Deal-, el presidente y el liderazgo demócrata del Congreso abandonaron la esperanza de conseguir apoyo republicano y anunciaron su intención de aprobar la iniciativa esta semana por mayoría simple.

Los republicanos, desde un principio, han hecho todo lo posible para descarrilar esta iniciativa, no necesariamente por desacuerdo con las propuestas, sino porque decidieron que matar esta reforma sería políticamente letal para la presidencia de Obama. Si intención de negociar, buscaron cómo obstaculizar esta iniciativa con campañas que distorsionaron los elementos de la reforma, llegando a denunciarla por socialista.

La Cámara de Representantes comenzó el proceso legislativo de lo que podría ser la prueba final para esta iniciativa. Nancy Pelosi, presidenta demócrata de la Cámara, trató de convencer a suficientes correligionarios para apoyar el proyecto de ley. Y es que la oposición republicana totalmente unida en contra, hasta ahora, no es el único obstáculo; la traba ahora es la división dentro del partido Demócrata.

Aunque los demócratas cuentan con abrumadora mayoría (253 contra 178, con 4 vacantes), al comienzo de esta semana aún no tenían garantizados los 218 (o mayoría simple) votos requeridos para aprobar el proyecto. Se espera que la votación se lleve a cabo a finales de esta semana o tal vez incluso durante el mismo fin de semana.

A izquierda y derecha

Un grupo significativo de demócratas conservadores amenazan con negar su apoyo al demandar que incluya medidas para prohibir que servicios de aborto sean cubiertos por aseguradoras bajo la nueva ley.

Otros legisladores demócratas que afrontan elecciones competidas este año están bajo la presión de unas bases electorales divididas sobre la iniciativa. A su vez, hay demócratas liberales que critican la medida por incluir demasiadas concesiones al sector privado y a los republicanos (al buscar algo de apoyo), sacrificando la llamada opción pública, la cual otorgaría una opción de seguro médico ofrecido por el sector público.

Agrupaciones empresariales encabezadas por la Cámara de Comercio ya han gastado 11 millones de dólares sólo este mes para presionar a unos 40 diputados demócratas a votar en contra, mientras que las farmacéuticas han invertido 12 millones en una campaña para hacer descarrilar la propuesta.

Con menos recursos pero igual intensidad, una alianza de agrupaciones en coordinación con los demócratas busca apoyo para lograr la aprobación del proyecto. Se calcula que, en estas campañas dedicadas a presionar a demócratas titubeantes, se podría llegar a gastar un total de 30 millones de dólares a finales de la semana.

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