Caja Navarra (CAN) aprobó en el consejo general extraordinario celebrado el viernes pasado «el contrato de integración para la constitución del grupo Banca Cívica entre Caja Navarra, Caja Canarias y Caja de Burgos». El acuerdo se adoptó por 29 votos a favor y una abstención.

CCOO y UGT dieron el visto bueno a esa operación. La creación de ese banco obligará a empleados de la caja navarra a pasar a esa nueva entidad, que se regirá por el convenio de cajas estatal, por debajo de lo que tienen acordado en Caja de Ahorros de Navarra (CAN) y, además, supone abandonar el modelo de caja diferenciada.

Durante su intervención, el presidente de la entidad financiera, Miguel Sanz, señaló que este paso «es clave para el futuro de Caja Navarra que nos colocan en vanguardia de nuestro sector», Destacó que se trata de un proyecto «presidido por criterios estrictamente empresariales, buscando la eficiencia, la complementariedad empresarial, la ausencia de solapamientos y un anhelo común por extender la estrategia de la banca cívica». Frente a este discurso, planean las dudas sobre su viabilidad futura y, sobre todo, la pérdida del centro de decisión de Nafarroa.