Maite SOROA | msoroa@gara.net
Ahora, con prisas
No sé por qué el cuerpo de Jon Anza apareció el día en que apareció ni por qué lo han mantenido oculto durante todos estos meses. Doctores tendrá la Iglesia, pero desde esta lupa observo la premura con que los medios tratan de echar tierra con prisas sobre el cuerpo del donostiarra y zanjar de una vez cualquier atisbo de polémica. Aunque sea recurriendo a la intoxicación.
El editorialista de «Diario de Navarra», reconocía que «el `caso Anza' ofrece puntos oscuros y se presta a usos partidistas». Pero para eso está el propio editorialista, que embiste contra los allegados de la víctima: «La izquierda abertzale dice que tiene datos, aunque no aporta mayores pruebas, para sostener que el etarra `estuvo en manos' de las Fuerzas de Seguridad del Estado en los días previos a su fallecimiento. Salvo otras evidencias, lo único cierto es el informe de unos médicos galos, que sobre el papel no son sospechosos de nada. Desde luego menos credibilidad tiene el entorno etarra, que antes de que apareciera el cuerpo ya lo habían convertirlo en víctima de la banda. ETA, a falta de comandos, necesita muchos Anza para recuperar un protagonismo cada día más perdido». Lo cierto es que el informe forense no desacredita la versión de que estuvo en manos policiales. Lo que sí desacredita, además de forma indiscutible, es la versión de Pérez Rubalcaba.
Y en «El Correo Español», Florencio Domínguez trataba de desviar la atención: «Resulta incomprensible que el cuerpo de un fallecido sin identificar pueda permanecer diez meses en la morgue de un hospital sin que se comunique esa circunstancia al juez o a la policía. Y no se entiende que la Policía esté buscando a un desaparecido de determinadas características y al consultar con los centros sanitarios no se le informe del ingreso de una persona que puede ajustarse al perfil buscado. Las autoridades francesas tienen, por todo ello, que revisar los procedimientos que se aplican en estos supuestos y determinar qué es lo que falló en el caso de la muerte del etarra Jon Anza en un centro hospitalario y por qué no ha sido posible su identificación en tanto tiempo». Lo incomprensible es que nieguen la mayor: el hospital informó hasta en tres ocasiones a la Policía y a la Fiscalía. Pero ya se sabe que no se puede permitir que la realidad te estropee un buen análisis, ¿verdad?