Pese a admitir que está «agotada», tras este último fallo contrario Asun Casasola afirmaba ayer que mientras pueda seguirá luchando para que la muerte de su hija sea tipificada como «asesinato».

¿Cómo ha recibido la confirmación de la pena?

Me he enterado por la prensa y me he llevado un chasco impresionante. Estaba convencida de que aparecería la palabra «asesinato», muy convencida.

¿Esperaba que los jueces ratificaran la sentencia del jurado popular?

En su día también estaba convencida de que el jurado popular me iba a dar la razón. Pero puedo entender que no estemos capacitados para ello, porque ser parte de un jurado es una responsabilidad que no tenemos porque tener los ciudadanos de a pie, para eso están los profesionales. Pese a todo, creo que ni los componentes del jurado eran conscientes de la fuerza que tenía la sentencia que dieron, y es que no se puede recurrir casi nada, excepto lo de la alevosía. Imagino que ellos pensarían que si no se estaba de acuerdo, ya se apelaría y unos jueces lo volverían a valorar.

Dos de los tres jueces no lo han considerado así...

¿Qué me están contando estos jueces? A mí que me expliquen qué posibilidades tenía Nagore de salir de esa casa. Que yo sepa, la alevosía es estar indefensa una persona, ¿y cabe más indefensión que ésa? Nagore recibió más de veinte golpes contundentes contra paredes y suelos antes de ser asfixiada. Nagore se enteró que le iba a matar y eso no se le puede perdonar. No murió porque le hubiera dado un mal golpe, es que le dio veintitantos golpes y la asfixia después. Nagore murió cruelmente, sufriendo y sin poder defen- derse, ¿cómo no va a haber alevosía en eso?

La sentencia es recurrible ante el Tribuna Supremo, ¿seguirá adelante?

Mientras pueda, voy a recurrir. Pero esto supone un gran desgaste físico para la familia. Yo estoy agotada. Yo pensaba que los jueces dirían esta vez que fue asesinato y yo empezaría a retomar mi vida sin Nagore, pero ahora... otra vez vuelta a lo mismo. A mi hija la han matado, pero a los demás no nos dejan vivir. A mí la Justicia no me da ese respiro de vivir. Con todo, tengo que decir que dentro de lo malo la Justicia me deja aún abiertas algunas puertas; si no, me hundo. Pero la lucha, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo hay que seguir luchando para demostrar una cosa que está tan demostrada?