Barack Obama, a un paso de sellar la aprobación de su reforma sanitaria
Sólo una hecatombe impediría al presidente de EEUU obtener la ratificación de la Cámara, a menos de 16 votos para la aprobación del proyecto prioritario de su legislatura: un nuevo modelo de cobertura sanitaria que beneficiará a 32 millones de estadounidenses que carecen de ella.
GARA |
El presidente estadounidense, Barack Obama, y la totalidad de su equipo de negociadores ultimaron ayer los flecos de lo que será, a partir de las 18.00 horas de la tarde de hoy (hora de Euskal Herria) el mayor éxito de su legislatura, esto es, la aprobación de la reforma sanitaria que sólo será el prolegómeno del gran desafío de su Administración: la implantación de un sistema regulado hasta un nivel casi desconocido por la actual generación de estadounidenses, y la culminación de la ideología del Partido Demócrata en los primeros años del siglo XXI.
De apuntalarse su primera gran victoria en el Congreso, se implementaría un sistema sanitario que garantiza, según sus expectativas, una reducción del déficit público a medio-largo plazo y que supone el primer intento en firme para resolver una de las grandes paradojas de la sociedad de EEUU: el escaso nivel de atención médica que reciben los ciudadanos en un país que, se supone, abandera el estándar de calidad de vida del planeta.
A lo largo de esta semana, Obama ha resaltado en más de sesenta ocasiones la necesidad de desarrollar un nuevo paradigma de Seguridad Social, ya sea en público o en encuentros cerrados con diferentes representantes y grupos de presión que han decidido que el último escollo a superar sea la legislación antiabortista que se verá, a buen seguro, modificada con la implantación de esta reforma. Es la última carta que les queda por jugar y que es muy posible que acabe incluida dentro del paquete de «añadidos» que el bloque del Partido Republicano ha incluido, vía Senado, a cambio de aceptar de la aprobación de la reforma.
Último empujón
El Congreso estadounidense se reunió ayer a puerta cerrada para decidir en qué términos exactos se aprobará hoy el plan de sanidad Obama. La modificación del Senado será aprobada como parte integrante del debate y no estará sujeta a un voto adicional, garantizando así la rapidez del proceso, una señal de que los republicanos son conscientes de la inevitabilidad de la medida. Reservan, por lo tanto, sus armas para el debate sobre la reforma económica general de Obama, y en la que se castiga a uno de los grandes «popes» del Partido Republicano, el sistema financiero.
Obama aplazó una gira internacional por Asia para asegurar la aprobación de la reforma sanitaria, pero no es coincidencia que precisamente su último discurso semanal antes de la votación haya sido empleado para solicitar la regulación parcial del mercado financiero.
La medida amplía la cobertura médica a más de 32 millones de personas y prohíbe a las aseguradoras negar la atención.
El presidente de EEUU aprovechó el día de ayer para presionar a los legisladores demócratas, que aseguraron contar «claramente» con los 216 votos necesarios para la aprobación definitiva de la reforma sanitaria.
Varios miles de personas contrarias a la guerra salieron ayer a la calle en Washington para conmemorar el séptimo aniversario del comienzo de la guerra contra Irak, que los manifestantes recordaron en medio de una relativa indiferencia en EEUU.
Los pacifistas, que se reunieron frente a la Casa Blanca y estuvieron en todo momento bajo la atenta vigilancia policial, portaban pancartas exigiendo «dinero para el empleo y la educación, no para la guerra y la ocupación», y reclamando el final de las agresiones militares en Irak y Afganistán. Muchos activistas llevaban ataúdes de cartón envueltos en banderas iraquíes y afganas, para recordar a las víctimas civiles de ambos conflictos.
«La política del presidente Obama en Irak y Afganistán es tan criminal como la de Bush», dijo Matthis Chiroux, de la asociación Veteranos de Irak contra la Guerra.
«Estoy aquí para recordar a los estadounidenses que hay dos guerras en marcha», afirmó otro opositor.
Según el sitio web independiente icasualties.org, unos 4.835 soldados estadounidenses han muerto en Irak desde la invasión de Irak, mientras que otros 1.024 han fallecido en Afganistán. GARA
Obama renovó su oferta de diálogo a Irán asegurando que «nuestra oferta de contactos diplomáticos se mantiene» y dijo que trabajan para que Teherán «rinda cuentas porque rechaza cumplir sus obligaciones internacionales».
