La inesperada derrota de Itxako en su visita al Parc Sagunt (23-22) pone de manifiesto que nada se consigue sin cierto sufrimiento y otorga a la Liga un interés inusitado al colocarse Elda a tan solo dos puntos de las de Lizarra, a falta de siete jornadas para el final de la competición.

Al encuentro no le faltó absolutamente de nada. Quizás le sobraron decisiones polémicas protestadas de manera airada por ambos banquillos. Se echó de menos una mayor continuidad y ritmo en el juego, algo imposible de exhibir ante las constantes interrupciones. Sobre todo en la segunda mitad, las numerosas perturbaciones deslucieron el espectáculo y privaron a los contendientes del necesario grado de concentración sobre la pista. Ambos entrenadores fueron excluidos por mostrar su contrariedad con la pareja arbitral y por lo visto en el rectángulo de juego el reparto de puntos parecía pactado tanto a través de los aciertos como de los errores de unas y otras. Tanto es así que a falta de 12 segundos para la conclusión, la portera brasileña del equipo levantino detuvo el penalti que lanzaba Barbosa y que bien podría haber supuesto el empate a 23 goles.

Trece meses después y en la misma cancha Itxako se reencontró con el amargo sabor de la derrota. La emoción de la Liga revive y la visita a Lizarra del segundo clasificado, Prosolia Siid Elda, señalada para el 17 de abril se rodea de un interés determinante.