El Getafe trunca la racha victoriosa en San Mamés
Locura con final europeo
Los rojiblancos, que jugaron casi una hora en inferioridad numérica, sumaron un punto que les coloca en la sexta plaza.
ATHLETIC 2
GETAFE 2
Amaia U. LASAGABASTER
22 jornadas después, el Athletic vuelve a dormir en puestos europeos. Sólo el golaverage le separa de la séptima plaza a la que había permanecido anclado durante muchísimas semanas, pero por algo hay que empezar.
Sobre todo teniendo en cuenta lo mal que se puso el partido para los rojiblancos, que vieron cómo cuatro minutos después de que el Getafe anotara el 1-1, Pablo Orbaiz se ganaba una roja. Fue prácticamente el único acierto de un Pérez Burrull al que las dos semanas de «nevera» no parecen haberle servido de mucho. Pero también habrá quien piense, con motivos igualmente válidos, que al Athletic se le escaparon tres puntos que le habrían permitido escalar hasta el quinto puesto, a la espera de lo que haga hoy el Mallorca.
En definitiva, que las valoraciones pueden ser tantas como posibilidades ofreció un partido loco entre dos equipos que quisieron ganar y que se fue animando hasta llegar prácticamente a la histeria conforme se acercó al final. Porque empezó, serán cosas del viento sur, sosete y apagado. Y de cara para el Athletic, que se adelantó prácticamente en su primera oportunidad, una jugada de Llorente, que cedió atrás para que rematase Orbaiz desde la frontal. Las carreras de Toquero y los ramalazos de los hombres de ataque del Getafe intentaron animar, sin demasiado éxito, la tarde.
Hasta que empezó a liarse. A un cuarto de hora del descanso, un centro-chut de Manu del Moral se colaba junto al palo. Y cuatro minutos después, llegaba otro mazazo cuando Orbaiz, derribado por Cortés, respondía con una patada desde el suelo y se iba a vestuarios, lesionado y expulsado.
A partir de ahí, Pérez Burrull no volvió a dar una y el partido, sobre todo tras el descanso, se revolucionó. Porque tras unos minutos rumiando su infortunio, los bilbainos volvieron a mirar con ambición la portería. Como el Getafe veía el panorama aún más despejado, aquello se convirtió en un toma y daca.
No hubo k.o., pero sí golpes. Y el primero volvió a darlo el Athletic. A quince minutos del final, y sólo dos después de saltar al campo, Markel Susaeta aprovechó una indecisión de Codina y Torres para robarles el balón, entrar en el área y acabar en el suelo -sin demasiado esfuerzo- ante la llegada de Torres, provocando la expulsión del central y un penalti. Y un momento de tensión máxima en San Mamés: en la grada, que no quería ni mirar, y en el campo, con un Llorente que colocó una docena de veces el balón antes de lanzar y anotar el 2-1.
Quedaban poco más de diez minutos, pero tal y como estaba de revolucionado el partido, nadie se atrevía a cantar victoria. Con razón, lamentablemente, porque un remate de Pedro León despistó a Iraizoz tras tocar en dos defensas y estableció el empate, a cuatro minutos del final. Y todavía estuvo a punto de protagonizar un nuevo giro el partido, con una ocasión clarísima para Llorente en el descuento, pero el delantero remató alto, frustrando la última emoción de la tarde.
Como pasa en este tipo de partidos, nadie fue capaz de valorar el empate con demasiada claridad. Remontar en inferioridad invitaba a la satisfacción, pero el gol del Getafe en los últimos minutos confería cierto sabor agridulce al punto, pese a que supone el regreso a posiciones europeas.
Puestos a quedarse con algo, Joaquín Caparrós destacaba la casta de sus hombres para venirse arriba cuando peor se les pusieron las cosas. «Es para estar satisfechos -sentenció-, después de que se nos ha complicado el partido con la superioridad del Getafe, que además domina muy bien los espacios. En el segundo tiempo, el equipo ha ido a por el partido, ha apretado, no les ha dejado hacer ocasiones y ha hecho lo más complicado, ponerse por delante. Luego nos han sobrado esos minutillos, y también es verdad que en los últimos veinte minutos del primer tiempo hemos estado descentrados. Pero creo que es para estar contentos, por el carácter y la ambición del equipo», insistió el técnico. Tanto, que estuvo a punto de ganar. «Hemos podido ganarlo. De hecho -recordó-, hemos tenido esa última ocasión, que ha sido una pena no haberla podido aprovechar, poque habría sido la culminación al esfuerzo de los futbolistas y a la alegría de nuestra afición».
Pero pese a haber rozado el triunfo, el punto, que coloca al Athletic en la sexta plaza, no le sabía a poco al utrerano «porque hay mucha igualdad, nadie gana con facilidad. Fijaos qué resultados se dan. Y en nuestro caso, fijaos qué pedazo equipo tiene el Getafe, y con diez futbolistas que hemos estado... Es verdad que teníamos una oportunidad, pero estamos ahí y vamos a seguir estando». En este sentido, el entrenador rojiblanco consideraba que el equipo había dado «otro pasito, siempre hay que mirar la botella medio llena».
Caparrós, por otra parte, no quiso entrar demasiado en la expulsión de Pablo Orbaiz -«ahora no es el momento, ahora hay que estar satisfechos por el esfuerzo y el que más lo siente es él», zanjó-, ni quiso dramatizar las bajas, la del navarro y Amorebieta, para la visita al Calderón. «Es competición, no hay que darle más vueltas y el jugador que salga, lo hará bien. Esto es una plantilla y los objetivos los consiguen las plantillas, no diez o doce jugadores. Y más en nuestro caso, que además tiramos de chicos del filial», destacó.
Entre sus jugadores, tampoco estaba claro si el punto fue premio suficiente o no. «Un punto estando tanto tiempo en inferioridad es positivo -resumió Javi Martínez-, pero a todos nos queda la sensación de que podía haber sido mejor porque después de haber hecho lo más difícil y ponernos por delante, nos ha llegado el empate al final y con un balón que ha tocado en dos jugadores antes de entrar».
Markel Susaeta, por su parte, abogó por darlo «por bueno. Hemos hecho lo más difícil y hemos podido ganar, pero todo lo que sea sumar, y más ante un rival directo, está bien».
A.U.L.