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Investigación sobre la desaparición y muerte de Jon Anza

El fiscal de Toulouse remarca que todas las hipótesis están abiertas

La Fiscalía de Baiona trasladó la pasada semana al procurador de Toulouse, Michel Valet, el dossier de Jon Anza a fin de que un juez de instrucción determine las circunstancias que rodearon la muerte del ciudadano vasco. En declaraciones a GARA, Valet afirma que la juez asig- nada, Miriam Viargues, tiene ante sí un «caso abierto».

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Maite UBIRIA | BAIONA

«No puedo realizar declaraciones porque está bajo secreto de sumario, sólo puedo confirmar que la juez cuenta ya con toda la información sobre este caso» manifiesta a GARA el fiscal de Toulouse, Michel Valet, quien la semana pasada recibió de manos de su homóloga de Baiona, Anne Kayanakis, un complicado dossier judicial.

«El caso Anza está en Toulouse porque todo en este caso lleva a esta ciudad, por lo que se plantea una cuestión de competencias» explica el procurador.

Según remarca Valet, tras designarse un juez de instrucción, «la familia podrá acceder a toda la información referente a esta investigación».

El fiscal confirma que la jueza de instrucción encargada del caso es Myriam Viargues. Preguntado sobre la petición cursada por la familia Anza de que no se descarte ninguna hipótesis y que se investigue también sobre el eventual secuestro de su allegado por fuerzas de seguridad españolas, el fiscal responde: «La cuestión está abierta, y ahora corresponde a la juez arrojar toda la luz sobre el tiempo que transcurre desde la desaparición de Anza hasta hoy».

Antes y después de la muerte

Con esta última declaración, el procurador de Toulouse hace suyas las líneas de trabajo apuntadas por Kayanakis, quien afirmó en su última comparecencia de prensa sobre el caso que durante la fase de instrucción no se abordará en exclusiva «la dimensión médico-legal» de la muerte de Anza, sino que se tratará de esclarecer, «para despejar toda sospecha», lo ocurrido entre el 18 de abril de 2009, cuando Jon Anza llega a Toulouse -según corrobora ahora la Policía- y la última hora del 29 de abril, cuando el militante abertzale es recogido prácticamente desfallecido en una céntrica calle de la ciudad occitana.

El informe de la Policía Local

La que Kayanakis denomina «la dimensión médico-legal» del «caso Anza» sigue siendo desconocida para la familia, que ayer tarde seguía a la espera de recibir el informe de la autopsia practicada el día 15 en Toulouse. La médico de confianza de la familia no pudo estar presente mientras se llevó a cabo, en una decisión de la procuradora Kayanakis justifica en el procedimiento legal y que han cuestionado los abogados de la familia, así como expertos conocedores de la práctica forense a escala europea.

La abogada Yolanda Molina va un paso más allá y asevera que no hay ley que prohíba la presencia de una persona próxima a la familia en ese análisis. «Todo depende de la voluntad, y en este caso es evidente que Kayanakis no ha querido», explica.

Ella misma estuvo presente en la autopsia practicada en parís a la presa política donostiarra, Oihane Errazkin, quien apareció ahorcada en julio de 2004 en la prisión de Fléury-Mérogis.

La familia Anza concede tanto o más importancia a los informes médicos y a los partes previos al fallecimiento de su allegado que a la autopsia. A este respecto, la edición de Toulouse del diario «Libération» publicada el pasado sábado un dato inquietante y que ha ocultado hasta ahora la fiscal de Baiona.

En el parte de los policías locales que recogieron a Anza consta que éste sangraba por la boca y que los bomberos que llegaron veinte minutos más tarde al lugar «valoraron que había una hemorragia interna» y le trasladaron al hospital Purpan, donde murió el 11 de mayo.

la ley y la excusa

Yolanda Molina presenció la autopsia practicada en julio de 2004 a la presa donostiarra Oihane Errazkin. La abogada desmiente a Kayanakis, que se amparó en la ley para impedir que hiciera lo propio un representante de la familia Anza.

sangre en la boca

El parte de los policías municipales que son los primeros en socorrer a Anza a última hora del 29 de abril de 2009 en un céntrico boulevard de Toulouse constata, según ha podido leer un periodista de ``LibéToulouse'', que éste sangraba por la boca.

saBOTAJE EN GROS

Un comunicante anónimo reivindicó por la muerte de Anza un ataque en el barrio donostiarra de Gros contra un centro que, según dijo, imparte cursos para escoltas, policías y militares. Se produjo en la noche del 17 de marzo, precisó.

El pasaporte estaba en la oficina de objetos perdidos

Desde que apareciera el cuerpo de Jon Anza, una de las preguntas que planea en el aire es cómo ha sido posible que su cadáver haya permanecido diez meses en una morgue sin que nadie lo haya identificado. Cuando Anza partió de Baiona el 18 de abril de 2009 llevaba consigo su pasaporte. La fiscal Anne Kayanakis se ha referido en diversas ocasiones a la falta de documentos de identidad como una dificultad mayor para los investigadores, aunque cabe recordar que ni siquiera la localización del billete de ida y vuelta hacia Toulouse les sirvió para situar el origen del desaparecido en Baiona y plantear preguntas en esa ciudad. Conforme los medios desgranan detalles del caso se hace más patente que la investigación que Kayanakis ha trasladado a Toulouse no se hizo con la debida solvencia. De otro modo resulta incomprensible la información que publicaba el fin de semana «Sud-Ouest» y que una empleada de la oficina de objetos perdidos de Toulouse confirmaba ayer a GARA: El pasaporte de Anza fue entregado en ese servicio -según ciertos medios, en mayo de 2009- pero la Policía no ha preguntado «hasta hace unos días» por él. M.U.

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