Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Contra el racismo y la xenofobia
La verdadera solidaridad llegará cuando nosotros, migrantes, podamos luchar con la misma fuerza y pasión por los derechos de los autóctonos y viceversaAprovechando el día internacional contra el racismo y la xenofobia, en que diferentes colectivos de migrantes, ONG, sindicatos y agentes sociales participan en diferentes iniciativas para denunciar la gran lista de conculcación de derechos que se cometen contra nosotros los migrantes comunitarios y extracomunitarios, quiero aprovechar este espacio para hacer un reconocimiento a cada uno de esos colectivos. A quienes convocan y a los que participan en concentraciones y manifestaciones a favor de los derechos de los migrantes, tanto en el ámbito de nuestra vivencia y supervivencia migratoria, como en la denuncia y reivindicación por los derechos que nos están negando como nuevos ciudadanos, sujetos sin derecho a voto y sin que podamos decidir quiénes queremos que sean los que nos representen políticamente para trabajar juntos en la búsqueda de soluciones de problemas comunes a migrantes y autóctonos. Problemas sociales, políticos, económicos, lingüísticos, laborales, culturales, y de cualquier otra índole, que nos está afectando a unos y a otros.
Asimismo, hago también un reconocimiento al trabajo que hace cada año la ONG Mugarik Gabe con su «Muestra de Cine y Cooperación: Pueblos Indígenas», ya que nos dan la oportunidad de seguir mostrando nuestras realidades, nuestras miserias económicas y políticas, y a la vez nos permite mostrar también nuestras riquezas humanas, culturales y lingüísticas, nuestra filosofía de vida y la gran capacidad de organización y lucha social y popular de cada una de nuestras comunidades indígenas, algo que afortunadamente aún no han podido destruir los gobiernos ni los políticos, a pesar de toda la corrupción existente y de la gran represión política y militar que se vive en nuestros lugares de origen.
Hay mucho trabajo por hacer, debemos seguir debatiendo y construyendo discursos comunes, debemos seguir investigando, formándonos, crear los espacios necesarios de donde surjan nuevos líderes sociales y populares. Debemos acabar de entender que somos embajadores populares y que desde acá debemos acompañar los distintos procesos de lucha social, codesarrollo y cooperación, pero siempre de forma recíproca, de forma que también mostremos la realidad del país donde residimos y nos podamos unir con la misma fuerza y motivación en las diferentes reivindicaciones sociales y políticas tanto de nuestros lugares de origen como de nuestro lugar de residencia: Euskal Herria.
La verdadera solidaridad llegará cuando nosotros, migrantes, podamos luchar con la misma fuerza y pasión por los derechos de los autóctonos y viceversa, porque entonces habremos entendido y comprendido que estamos luchando contra el neoliberalismo y contra toda injusticia social y política, que luchamos por derechos de vivienda, trabajo, lenguas autóctonas, ecología, niñez y juventud, mujeres y todos los derechos que nos lleven a conseguir una vida digna y justa para todos y todas, independientemente de que seamos migrantes o autóctonos.