Elecciones regionales francesas
Sarkozy remodela gobierno tras su debacle electoral
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha decidido llevar a cabo una parcial remodelación del Gobierno tras la severa derrota sufrida por su formación, la derechista UMP, en las elecciones regionales. El objetivo del inquilino de El Elíseo es realinear y reagrupar a su espectro político para afrontar sus poco más de dos años de mandato. Para ello no ha dudado en olvidarse de sus veleidades «trasnversales» y en llamar a su vera a representantes de la derecha no sarkozysta.
GARA | PARÍS
El primer ministro, François Fillon, conserva su puesto pese a que algunos habían querido leer su destitución cuando valoró los malos resultados para la formación del Gobierno, la UMP, en la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas. El único peso pesado víctima de la remodelación anunciada por Sarkozy -«técnica» según algunos, «para salir al paso» en opinión de otros- es el ministro de Trabajo, Xavier Darcos, que sufrió una derrota aplastante el domingo y que, en la versión de El Elíseo, estaría en una posición de «extrema debilidad» para negociar una impopular reforma de las pensiones.
Darcos será sustituido por Eric Woerth, un fiel de Sarkozy que hasta ahora estaba en Presupuestos.
Esta remodelación ministerial consagra sobre todo la entrada en el Gobierno de representantes de la derecha no sarkozysta y la congelación de la llamada «apertura a la izquierda», como reclamaban los barones de la UMP y su opinión publicada.
Así, François Baroin, próximo del ex presidente Jacques Chirac es elevado a la oficina de Presupuestos. De igual manera, Georges Tron, fiel del ex primer ministro Dominique de Villepin -enemigo jurado- del actual inquilino de El Elíseo, se ve aupado a la Secretaría de la Función Pública.
Críticas internas
Sarkozy trata con estos movimientos de apagar el fuego de las críticas internas. Hoy mismo, el Gobierno afronta una jornada estatal de huelgas y manifestaciones convocadas por los sindicatos contra su política social y económica.
Cada vez suenan más las voces que, desde la derecha, exigen una revisión de las prioridades. El ex primer ministro Jean-Pierre Rafarin ha pedido un «voto de confianza» en el Parlamento sobre las reformas de Sarkozy. El líder de los diputados de la UMP, Jean-François Copé, ha llamado a «volver a los orígenes» de la derecha tradicional, que ha visto que el electorado de la ultraderecha de Le Pen ha optado esta vez por votar a los suyos.
El diario conservador «Le Figaro» lanzó ayer duras críticas a Sarkozy y justificó la derrota en la «exasperación de muchos electores de derecha».
El propio De Villepin, recientemen exonerado en el caso Clearstream, ha anunciado que espera presentar en junio una nueva formación política con el horizonte de las elecciones presidenciales en 2012. Las espadas vuelven a estar en alto.
La derrota de Sarkozy ha insuflado un inesperado aire al PS de cara a la próxima cita electoral, pero no ha resuelto ni la cuestión del proyecto alternativo de gobierno ni de la candidatura capaz, en su caso, de encarnarlo.
Nueve meses de su descalabro en las europeas, el PS se ha convertido en el primer partido del escenario político francés y ha logrado, en coalición con otras fuerzas ecologistas y de izquierda, un resultado que casi no tiene precedentes en la historia electoral francesa.
Las regionales han servido para cerrar el eterno debate en el PS entre una alianza con el centro o una entente con los ecologistas, que confirman su peso electoral, y el frente tradicional de izquierda, que ha desbancado a las formaciones alternativas.
No obstante, los barones socialdemócratas se han cuidado muy mucho de cantar victoria y han mantenido una posición prudente. Y es que no han olvidado el precedente de 2004, cuando lograron una victoria contundente en las regionales, lo que no impidió que Ségolène Royal mordiera el polvo ante Sarkozy tres escasos años después.
Si la credibilidad del PS sigue en entredicho -salvada esta vez por la abstención-sanción sufrida por Sarkozy- la cuestión de la candidatura puede convertirse en 2011 en un nuevo capítulo de desavenencias y disensione en el seno del PS. GARA
Recientemente exonerado en el caso Clearstream, el ex primer ministro De Villepin ha anunciado que presentará un nuevo partido en junio con vistas a disputar a Sarkozy la candidatura a las presidenciales.
El 58% de los encuestados por la firma Ipsos no desea que Sarkozy repita como candidato en 2012. En el estudio encargado por «Le Point», el 33% quiere un segundo mandato del presidente, de ellos el 75% simpatizantes de la UMP.