«Tenemos que estar atentos con nuestro cuerpo y escuchar qué es lo que necesita»
Nacida en Azpeitia en 1972, Silvana Huegun es diplomada en Dietética y Alimentación Humana, Naturopatía General, y Iridología por la Universidad de Nafarroa. Compagina su consulta con la colaboración en diversos medios de comunicación y, en breve, publicará «Comer bien para vivir mejor».
Oihane LARRETXEA
Ha publicado un sinfín de artículos y ahora se ha animado con el libro. Además de hablar de alimentos y nutrientes, en ``Comer bien para vivir mejor'' Huegun ofrece las claves para combatir enfermedades como el estrés o la hipertensión. También el embarazo, la época de exámenes o la tercera edad tienen cabida en el libro, ya que, según la propia autora, cada etapa de la vida requiere de una dieta adaptada.
¿Los alimentos son la clave de la calidad de vida?
Hay muchos factores que determinan esa calidad de vida, pero desde luego la alimentación es uno de ellos. Lo que ocurre hoy en día es que hay mucha información y desinformación al mismo tiempo, ésta última está directamente relacionada con el marketing y la publicidad: no son datos independientes, sino estudios que encargan las marcas comerciales.
Dime qué comes y...¿te diré quién eres? ¿Es cierto esto?
Aunque no sea el único factor, es cierto que la alimentación guarda relación con la manera de ser de cada persona, la salud de la que goza o cómo vive. Además, la dieta equilibrada tiene consecuencias no sólo en la salud, sino en el estado emocional y sicológico de la persona.
¿Lo que cocina el padre o la madre es el reflejo de la educación alimentaria de cada casa?
Aunque no nos demos cuenta, creamos unos hábitos con aquello que les damos a los hijos e hijas y, además, esas costumbres restan para siempre.
¿Eso significa que el cuerpo tiene memoria?
Sí, sobre todo los dos primeros años de vida, prolongándose hasta los seis o siete años. Según los sabores o el tipo de comida que les damos a nuestros hijos e hijas, el cerebro hace un registro de lo ingerido. Eso queda grabado y se crean los hábitos. Si, por ejemplo, le damos mucho azúcar, estaremos creando un adulto goloso. Y lo mismo con el resto de sabores.
En el libro habla de las dietas adecuadas para cada etapa de la vida. ¿Es también apropiado cambiar de alimentación con cada estación del año?
Sí y además una de las reglas de oro es consumir productos del tiempo. La mayoría de los alimentos los tenemos durante todo el año, pero en Euskal Herria si en invierno no crece tomate de manera natural es porque el nuestro cuerpo no lo necesita. Los productos del verano sirven para refrescar el cuerpo y en invierno, en cambio, para calentarlo y tonificarlo. Se trata de hacerle caso a nuestro cuerpo, él nos dirá que necesita.
Los alimentos son fuente de energía. ¿También de remedios frente a las enfermedades?
Sin lugar a duda. Por ejemplo, las infecciones de orina se tratan mediante los alimentos, aunque el urólogo se echaría a reír. Pero eso es así y yo lo veo cada día en la consulta. Estoy absolutamente convencida de la influencia de los alimentos en la cura de los dolores, las inflamaciones o las infecciones.
«Creemos que comer saludable es comer de todo, estés sano o enfermo, y no es así. ¿Qué es de todo? Dependerá de las circunstancias»