GARA > Idatzia > Kultura

La música y uno más, la familia

Pablo CABEZA

La útima vez que quisimos ver a Sagarroi fue el año pasado en las fiestas de San Pedro de Zarikete, barrio de Zalla, barrio siempre con un buen plantel musical en su programa. El día salió plomizo y, finalmente se tuvo que suspender; no obstante, y realizado el viaje, aprovechamos el tiempo tanto para lamentar el infortunio como para degustar una excelentes sardinas a pie de txozna. Por lo que sea, aquella imagen no la hemos olvidado y aquel escenario vacío se convierte hoy en una imagen fija. La filosofía oriental nos diría que el cambio es bueno e incluso necesario para mejorar en la vida, pero, desde aquí, fastidia que capítulos de la historia más grande de este pequeño país se vayan cerrando, como ocurrió con Kortatu, Negu Gorriak, Joxe Ripiau... y ahora Sagarroi, un proyecto popular y de riesgo que más de uno no entendió, posiblemente por falta de cultura musical. Cierto que Sagarroi pillaron con el pie cambiado a casi todos los seguidores de Joxe Ripiau con su álbum debut, que pocos asimilaron aquella propuesta de distorsiones y uso de la guitarra a lo John Frusciante (Red Hot Chili Peppers), pero fue un disco singular, de vértigo. A «Meatzaldea» le siguió una obra más asequible, para concluir con otra apuesta singular, un álbum acústico que daba a conocer lo que eran los haikus, fenómeno métrico ignorado por la mayoría, pero más popular desde ese momento. Un Muguruza, en este caso Iñigo, en la vanguardia, como era habitual y, por paradojas, ahora en la retaguardia, «en dos o tres años no quiero saber nada de música. Casi todos tenemos hijos y ya era muy complicado ensayar», apunta Iñigo. Sagarroi ensayaba en Urruña, de donde es el batería, Iban Larreburu, hijo de Janma Larreburu, durante muchos años agente de promoción del sello IZ, músico también y ahora mánager, entre otros, de Pantxo eta Peio. A los dos hijos pequeños de Iñigo hay que unir el de de Asier Ituarte, trombón, y profesor de música en Bermeo, Ondarroa, Getxo y músico con Txuma Murugarren y otros. Casi nada. Y queda Miren Gaztañaga, teatro con Ander Lipus, música y mil proyectos cruzados. Descanse Sagarroi, pero que vuelva pronto otra historia desde Irun.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo