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La ley de costas �hunde� al �ltimo molino de mareas en funcionamiento en el litoral vasco

Ya que el agua no va al molino, vaya el molino al agua, reza el refr�n. Ya que el Estado espa�ol no hace caso, el propietario del �nico molino de mareas en funcionamiento en el litoral vasco ha ido a Estrasburgo, a denunciar la Ley de Costas que se lo ha arrebatado.
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Joseba VIVANCO

Nada m�s y nada menos que 300.000 es la cifra de afectados que han denunciado ante los tribunales de justicia y el Parlamento Europeo la Ley de Costas del Estado espa�ol aprobada en 1988. Entre ellos, ayer compareci� en la C�mara de Estrasburgo Jon Iturribarria, propietario del �nico molino de mareas en funcionamiento en el litoral vasco, el Portu Errota, situado en el t�rmino vizcaino de Gautegiz Arteaga, en plena reserva de Urdaibai.

Desde hace tres generaciones, este edificio catalogado en su d�a como monumento por el Gobierno de Lakua, pertenece a su familia. Ahora, esa ley de 1988 pretende, denuncia �l, declarar ilegal un inmueble que fue construido all� en 1683. Y eso es lo que trata de evitar desde hace casi quince a�os. Es m�s, tras los da�os sufridos por el temporal de hace un a�o, sus propietarios est�n obligados a mantenerlo y as� se lo reclama la instituci�n competente, que en este caso es la Diputaci�n vizcaina; sin embargo, el Gobierno espa�ol prohibe las obras de restauraci�n en aplicaci�n de la susodicha Ley de Costas. Europa es, ahora, una de las �ltimas esperanzas para los Iturribarria, pese a que su denuncia se encuentra en el Supremo.

En enero pasado, la diputada vizcaina de Cultura, Josune Ariztondo, se reuni� con el due�o para recomendarle solicitar una moratoria del expediente para as� poder lograr la declaraci�n definitiva de monumento. De esta manera, la Diputaci�n establecer�a una nueva orden de ejecuci�n a la propiedad y el Ayuntamiento otorgar�a la licencia para la necesaria reforma.

No es sino una traba m�s, la �ltima, en la enconada batalla de esta familia contra el Estado. �Parece que la Administraci�n actuante -el Ministerio de Medio Ambiente- tiene `especial querencia' en hacerse con la titularidad del molino-vivienda, toda vez que nos hemos visto forzados a acudir a los tribunales de justicia, llegando hasta el Tribunal Supremo, para defender este patrimonio y evitar una de las mayores promociones urban�sticas pretendidas por un importante grupo inmobiliario. Pero esta familia, defendiendo su molino, afortunadamente, ha evitado un desastre ecol�gico�, defiende el perjudicado.

Con la aprobaci�n definitiva del expediente de deslinde del dominio p�blico mar�timo terrestre, esta vivienda y finca privada, en virtud de la Ley de Costas pas� a ser de titularidad p�blica, sin derecho a indemnizaci�n econ�mica alguna, tal y como ayer expuso Iturribarria. El recurso ante la Audiencia Nacional no dio sus frutos y hoy el asunto est� en manos del Supremo.

Esta familia lo tiene claro. �El Estado est� incautando el molino a sus leg�timos propietarios. Es un ejemplo perfecto de c�mo una mala Ley, con una a�n peor aplicaci�n, va a lograr la desaparici�n completa de esta joya del patrimonio etnogr�fico�. Es m�s, va m�s all� y se pregunta: ��Por qu� en Urdaibai, existiendo varios molinos de mareas, �nicamente Portu Errota es confiscado?�, aludiendo a otros molinos, aunque en muy malas condiciones.

El Parlamento Europeo se posiciona

Su caso lleg� ayer a Estrasburgo, donde, finalmente, el Parlamento Europeo anunci� que enviar� sendas cartas al Gobierno Zapatero y la Comisi�n Europea para que aclaren a las denuncias de hasta catorce peticionarios que se han dirigido a la Euroc�mara tras ser expropiados en aplicaci�n de esta Ley de costas, entre ellos Jon Iturribarria.

En la sesi�n de ayer intervinieron m�s de diez peticionarios que coincidieron en hablar de �arbitrariedad�. La directora general de Costas, Alicia Paz Antol�n, por su parte, defendi� en la Euroc�mara que las compensaciones a los expropiados en aplicaci�n de la ley eran �justas y equilibradas�. Hasta dieciocho eurodiputados quisieron intervenir en el debate para pedir que la comisi�n de peticiones no cerrase este expediente y reclamase nueva informaci�n a Madrid. Tan s�lo el eurodiputado del PSOE Miguel �ngel Mart�nez, defendiendo la �constitucionalidad de la ley�, se pronunci� en contra.

Lo que los damnificados buscaban es un pronunciamiento de la Euroc�mara, en l�nea con lo recogido por el Informe Auken (2009), que insta a las autoridades espa�olas a que �revisen urgentemente y, en su caso, modifiquen la Ley de Costas, a fin de proteger los derechos de los leg�timos propietarios de viviendas y peque�as parcelas en zonas de la costa que no tienen un impacto negativo sobre el medio ambiente�.

Molinos que ya no quedan

Se entiende por molinos de marea, mare-errotak o itxas-errotak, a los molinos que usan del agua de mar en las pleamares, como fuerza motriz para su accionamiento. Estos molinos aprovechaban los desniveles de la marea para hacer su trabajo de molienda. Debieron de existir en toda la costa atl�ntica, pues los hay franceses, gallegos, portugueses y vascos. En Bizkaia llegaron a existir una docena, de ellos tres en la r�a de Gernika. En Gipuzkoa hubo, que se sepa, siete, y en Lapurdi hasta cuatro. El de Portu Errota es el �nico que pervive, gracias al mantenimiento altruista de sus inquilinos.

Ozollo o Portu Errota se construy� en torno a 1683, fecha del contrato entre Juan de Echevarr�a y Mart�n Ozamiz con los se�ores de la casa-fuerte de Arteaga. Hasta el a�o 1851 hubo dos arrendatarios como molineros; en 1965, la familia de Jon Iturribarria se convirti� en propietaria del molino.

Actualmente, el molino se encuentra en perfectas condiciones de uso. �El juego de piedras con las que molemos est� preparado para labarto, ma�z. Porque aunque parezca incre�ble, hoy en d�a se puede conseguir labarto. Nosotros lo adquirimos en un molino en Olabarri, en Rigoitia�, comenta Iturribarria. Curiosamente, en el terreno adjunto donde ancestralmente se cultivaba el ma�z, ahora est� prohibido hacerlo. �Total, que un molinero como yo no puedo en mi propio terreno ni siquiera plantar el ma�z para moler... me lo obligan a comprar. �Incre�ble!�.

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