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Crónica | Salud laboral

Para actuar contra el mobbing es necesario que afloren los acosadores

La necesidad de realizar una evaluación de riesgos sicosociales, la presión sindical y descubrir y destapar al acosador son tres de las secuencias que se deben poner encima de la mesa para terminar con «esta lacra social» que en épocas de crisis aumenta. La Asociación Hirigoyen organizó un debate con los sindicatos y los afectados por el mobbing.

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Juanjo BASTERRA

La Asociación Hirigoyen contra el Acoso Laboral en el Trabajo organizó un debate sindical para actuar ante este grave problema sicosocial que aumenta en los centros de trabajo, más en tiempos de crisis. Antonio González, abogado de UGT Euskadi, Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi, e Ibon Zubiela, secretario de Salud Laboral de LAB, mostraron la visión de este problema dentro del mundo laboral y que, como precisó el representante de LAB, afecta entre 42.000 y 72.000 trabajadores en Hego Euskal Herria. En el encuentro participaron personas afectadas por mobbing que pidieron una mayor implicación de las centrales sindicales no sólo para prevenir, sino para garantizar una respuesta frente al acosador, que en la mayoría de las veces es un mando de la empresa o su máximo responsable, pero también los mismos compañeros de trabajo.

Uzkudun destacó que hay una falta de evaluación de los riesgos sicosociales en las empresas y advirtió de la necesidad de obligarles a desarrollarla, porque «es una práctica antigua que va en aumento». La tesis que manejó el responsable de CCOO de Euskadi es que «con sindicatos fuertes y unidos, los puestos de trabajo se pueden mantener saludables». Para él, es necesaria la fuerza sindical para hacer frente a estos empresarios, «porque ni desde la Administración ni de la Inspección de Trabajo llegará la solución». Otra de las claves para Uzkudun se encuentra en «penalizar esas prácticas y se castigue directamente».

Zubiela indicó que la normativa existente y los protocolos permitirán actuar «si formamos de manera adecuada a los delegados en prácticas de resolución de esos conflictos». Un hecho que destacó el representante de LAB fue «hacer visible» el problema, porque de esa manera se alerta y se pone en marcha los mecanismos de control y de búsqueda de apoyos. Pero, a la vez, reconoció que los procesos de denuncia ante la Inspección de Trabajo se prolongan en el tiempo en exceso.

A su juicio, para avanzar en la erradicación del acoso laboral y con todos los riesgos sicosociales se debería de actuar contra la precariedad laboral. Recordó que el 28% de los trabajadores europeos aseguran sufrir estrés y presión sicosocial.

Desigualdad social

Para LAB, el origen del problema se encuentra en «la desigualdad del sistema social» y denunció que falta voluntad política para actuar, porque «la ley de Prevención de Riesgos Laborales contempla los riesgos sicosociales, pero no se actúa. Debería producirse un cambio de modelo y actuar con la misma fuerza de este problema».

Antonio González, abogado de UGT Euskadi, llamó, desde su experiencia, a hacer frente al acosador. «Sabemos cómo actúa, tenemos que ver y conocer su vulnerabilidad para aplicarla» y, para él, la vía judicial es «el último peldaño que tenemos que emplear». González recordó que el acoso laboral «ataca los derechos fundamentales de una persona, desde la integridad física a la síquica».

Desde la autocrítica, según dijo, reclamó que «los sindicatos se impliquen más». Destacó que un curso que mantenía UGT sobre el riesgos sicosocial «se ha caído del cartel, por falta de dinero. Es más importante el rescate aéreo por ejemplo».

 

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