Arranca el autor de una efeméride: hoy se cumplen 200 años desde que Xavier Mina fuera detenido en Labiano por un pelotón de la Gendarmería francesa. Urzainqui otorga a este hecho una notable relevancia histórica para Euskal Herria, puesto que la considera como «el comienzo del secuestro de los derechos a la libertad de los ciudadanos en Navarra, cuyos efectos perduran hoy en día». En su artículo, el historiador describe con claridad el momento político en el que se produce el arresto de Mina, y su posterior fusilamiento a manos de Fernando VII, que Urzainqui no duda en calificar como «asesinato político decidido y ejecutado por el absolutismo nacionalista español».

Euskal Herria fue durante aquellos años un hervidero de luchas sociales: la huelga de Bandas en los 60, la huelga general de Navarra en 1973, el encierro de los mineros de Potasas en 1974... Incontables conflictos sectoriales y locales hacían de nuestra tierra un bastión contra el capitalismo culebrero y la servidumbre del sindicalismo vertical

Hemen, bakarrik sistemak hutsegite nabarmen bat egiten duenean -Joxe Arregi, Unai Romano edo Portu eta Sarasolaren kasuetan adibidez-, orduan taularatzen da antzerkitxo aspergarri bat. Gehienez bi edo hiru urteko kondena («via crucix» luzea pasa ondoren gertatutakoa frogatzeko) eta kalera. Merke irteten da Estatu honetan tortura, hain larria den krimena

La Brunete mediática española y sus corifeos periféricos no se creyeron ni su propia Constitución y se dedican a bombardear con esa idea según la cual los nacionalismos «periféricos» son intrínsecamente perversos