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En lugar de libros digitales, los «incunables» afloran en Cuba

En pleno auge de la edición digital y cuando parece que los libros en papel van a desaparecer, una pequeña editorial cubana se pelea en Matanzas (oeste de la isla) para crear «como en la Edad Media», unos «incunables» con sus páginas decoradas con dibujos hechos a mano.
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Sylvie Briand | MATANZAS

«Queríamos publicar a nuestros autores locales y, como estábamos sin medios, comenzamos a crear nuestros libros como los incunables en la Edad Media», con el texto impreso, pero «la portada y las miniaturas hechas a mano», explica el poeta, diseñador y pintor Rolando Estévez, uno de los fundadores en 1985 de Ediciones Vigía. «Nuestro objetivo es hacer un libro humano, un objeto íntimo, precioso, tanto por su contenido como por su continente. Nuestra filosofía es la opuesta a la del libro de bolsillo, que se va a manejar sin cuidado» y, por supuesto, al libro digital «sin cuerpo», añade.

«Algunos se preguntan si el libro impreso desaparecerá, pero creo que no. Mientras haya personas, habrá libros en papel», dice Estévez.

Vigía sienta sus reales en la casa colonial más antigua de Matanzas, una localidad de 128.000 habitantes a menudo «olvidada», dice Estévez, situada a unos cien kilómetros de La Habana. La editorial, que cuenta con diez asalariados, publica anualmente hasta veinte títulos con tiradas de doscientos ejemplares con ayuda del Ministerio de Cultura y cuenta también con el apoyo de universidades estadounidenses y organizaciones europeas. «Por ejemplo, el papel de esta colección del poeta ruso Sergei Yesenin (1895-1925) fue donado por la agencia de noticias rusa Ria Novosti, porque el papel reciclado es ahora muy difícil de encontrar en Cuba», explica Agustina Ponce, trabajadora de la editorial. «Al principio, nuestro objetivo era hacer nuestros libros con papel ecológico como el que se utiliza, por ejemplo, para embalar las galletas. Pero fue imposible. Los libros se venden, sin embargo, a un precio accesible a los cubanos, entre 5 y 50 pesos (2 dólares), y hasta 25 para los extranjeros». El salario mensual medio en la isla es de 20 dólares.

La editorial Vigía tiene colecciones clásicas de la literatura cubana y extranjera, pero también «novedades cubanas», con autores del mismo Matanzas. También publica una revista anual de creación literaria hecha de collages y dibujos.

Rolando Estévez asegura que Vigía nunca ha sufrido censura, aunque «la falta de medios y de libertad favorecen a la creación». «Si no tengo libertad, yo me la fabrico. En mi trabajo, abordo sin inhibiciones el sexo y la política», apunta, reconociendo que «se mostraba más reservado» en los 70, al igual que el medio cultural cubano, «respecto a ideas de orientación sexual marginal». «Cuba ha cambiado mucho desde entonces. Cuba se ha abierto al mundo».

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