Ni la lluvia, el frío o el granizo pudieron detener a la multitud que salió a las calles un año más a celebrar un Aberri Eguna multicolor y multicultural, porque además del colorido que las ikurriñas y los paraguas, se vio también la presencia de nosotros los migrantes haciendo eco de las respectivas celebraciones que se han desarrollado en nuestros lugares de origen tanto de las diásporas vascas, como de los migrantes que hemos querido estar presentes en esta celebración.

Los migrantes que hemos asistido al Aberri Eguna ponemos de manifiesto que cada vez somos más los que estamos entendiendo la lucha, resistencia y reivindicación del pueblo vasco, sin ninguna dificultad para querer solidarizarnos y acompañarnos. Porque hay muchas similitudes con nuestras propias luchas de pueblos sin estado, con la lucha indigenista de querer reivindicar y conservar identidad y lenguas propias. La similitud de ser pueblos colonizados, invadidos, saqueados, de sufrir los mismos juegos perversos de políticos ineptos para justificar su propio terrorismo político, la misma historia de secuestro y persecución, de tortura y asesinatos; de presos políticos que deben pagar penas injustificadas por el delito de la ideología, porque pensar y luchar por los ideales y querer hacer política para determinados sectores o colectivos es un delito. Pedir por los derechos de nuestros presos en un delito, pedir por una representación y participación política es un delito y por esto y por mucho más, nosotros, migrantes nos vamos dando cuenta que la lucha es la misma.

Y es la misma indignación y fuerza para pelear por nuestros derechos pisoteados y negados, y nos queda muy claro que por ello debemos unirnos y acompañarnos. Los migrantes presentes somos la proyección de solidaridad con la lucha del pueblo vasco, resultado de la comunicación sin filtros que estamos consiguiendo las redes sociales desde todos los colectivos y resultado de la organización, fuerza y coordinación de agentes sociales apoyándonos en nuestras respectivas luchas y esto puede hacer temblar a unos cuantos políticos.

Nuestra presencia y participación en la celebración del Día de la Patria Vasca crece con el mismo entusiasmo de vascos y vascas. Y esto no es del gusto ni del PSOE ni del PP, porque sus mentes faltas de neuronas y materia gris no quieren entender ni admitir que el pueblo vasco existe como tal y por lo tanto está en pleno derecho de pedir su independencia. Y tampoco entienden por qué los migrantes también hemos querido estar presentes, y para que la incertidumbre no les impida dormir o les pueda provocar alguna pesadilla, intento resolverles la duda: los migrantes hemos querido estar presentes en el Aberri Eguna porque simpatizamos y empatizamos con su lucha, porque nos sentimos hermanos de lucha social y política y porque nos han herido con las mismas armas, por lo que a partir de ahora, la lucha y los gritos conjuntos curarán sorderas políticas y tal vez hasta podamos sanar juntos muchas heridas y sufrimientos compartidos.