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Agustín Morán Miembro del Centro de Asesorías y Estudios Sociales (CAES, Madrid)

Presidencia española de la Unión Europea

En la campaña contra la presidencia española de la UE, muchos problemas se tocarán de manera sesgada o no se tocarán: paro, reforma laboral, privatizaciones, energía nuclear, corrupción política, autodeterminación del pueblo vasco...

Tras la II Guerra Mundial, el llamado «proyecto europeo» perseguía la creación de un bloque imperialista capaz de competir con EEUU, evitar más guerras entre Francia y Alemania e impedir que los trabajadores europeos mirasen a la Unión Soviética como un posible modelo de bienestar social alternativo al mercado. Tras el Acta Única de 1986, la Comunidad Económica Europea, creada en 1957 por el Tratado de Roma, se orientó exclusivamente hacia un Mercado Único presidido por las privatizaciones, el desmontaje del Estado social y la precariedad que culminó, en 2001, con la Moneda Única.

Lo que unifica a los países de la Unión Europea (UE), además del euro y el Banco Central Europeo (BCE), es la libertad de especulación y las catástrofes que ésta produce. El BCE, independiente de gobiernos y parlamentos, tiene como misión velar por la estabilidad monetaria. Lo ha hecho «muy bien» conteniendo los gastos salariales y sociales y alentando la especulación financiera e inmobiliaria. Pero cuando las burbujas han estallado, ha entregado inmensos recursos públicos a especuladores y banqueros contraviniendo su propia legalidad.

La libertad de empresa impide a las instituciones políticas gobernar a favor de la población. La globalización económica expulsa a millones de campesinos a las ciudades y a millones de trabajadores y trabajadoras al paro y la precariedad. Privados de sus medios de vida, millones de personas caen víctimas de la furia con la que el capital atrae trabajo asalariado para explotarlo, al tiempo que lo repele, sustituyéndolo por tecnología más rentable.

Desde su ingreso en 1986, el Gobierno español ostenta por cuarta vez la presidencia de la UE de enero a junio de 2010. Ahora hay más crisis, más guerras y más paro que en el primer semestre de 2002, su anterior presidencia. Pero entonces el Movimiento Contra la Europa del Capital, la Globalización y la Guerra frenó los recortes sociales del PP y creó las condiciones para obligarle a retirar a nuestro país de la agresión contra Iraq. No lo conseguimos porque dicho movimiento fue controlado por el PSOE y sus sindicatos y ONG satélites. Hoy, ocho años después, administramos esta derrota organizando foros mundiales cuando no somos capaces de defender nuestros derechos en pueblos, barrios y empresas. En la campaña contra la presidencia española de la UE, muchos problemas se tocarán de manera sesgada o no se tocarán: paro, reforma laboral, privatizaciones, energía nuclear, corrupción política, autodeterminación del pueblo vasco, garantías jurídicas y procesales, cárceles, tortura, consumo responsable agroecológico, soberanía alimentaria, OTAN, Afganistán, Iraq, Palestina, Bolivia, Venezuela, Cuba, etc. Nos sumaremos a esa campaña «alterglobalizadora» intentando completar lo que le falta. ¡Viva el movimiento contra la Europa del capital, la globalización y la guerra!

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