La crisis económica no impidió que un año más la Semana Santa se convirtiera en un vía crucis de vehículos que ayer vivió sus últimos pasos con la Operación Retorno, sobre todo en la red viaria a ambos lados del Bidasoa, donde la circulación de camiones volvió a permitirse a partir de las 22.00, la misma hora en que se daban por terminados los operativos de vigilancia. Sin embargo, el último suceso lamentable de estas vacaciones ocurrió lejos de Euskal Herria, en Marruecos. Allí, dos jóvenes treinteañeros vascos morían tras ser arrollados por un vehículo mientras paseaban por la localidad de Essaouira, a 176 km de Marraquech.

Iñaki Beunza Gil, iruindarra de 36 años, y Marta Guenaga Gómez, de 30 y de Eibar, formaban parte de un grupo de turistas. En la madrugada del domingo, un coche arrolló a varios de ellos, causándoles la muerte. Ambos tenían lazos familiares con la comarca de Erribera navarra. Los cuerpos de las víctimas fueron trasladados al hospital de la ciudad a la espera de que tenga lugar su repatriación, que según las fuentes consulares se realizará «lo antes posible». Ayer, se supo también que la Policía marroquí ha detenido al presunto causante del atropello y que se había dado a la fuga.

Tres fallecidos el sábado

Fue el colofón trágico a una Semana Santa que en lo que al tráfico se refiere dejó dos víctimas más en la red viaria vasca y la vida de otra joven navarra en una carretera riojana.

La operación salida en la tarde del día 31 comenzaba con la curiosidad de un conductor que decidió detener su vehículo en plena A-8 en Basurto y huir del lugar, después de provocar un accidente. Fue localizado más tarde en el centro de la capital bilbaina y arrojó una tasa de alcoholemia de 1,03 mg/l. Ese mismo día, en la red viaria navarra la misma operación salida se abría con un accidente en la AP-15, a la altura de Tiebas, y tres heridos, uno de gravedad.

Incidencias que el sábado verían su jornada más trágica. Ese día, un camionero, de 35 años y de nacionalidad marroquí, se precipitaba con su tráiler por el terraplén que separa la N-I de las vías del tren en Villabona.

Su muerte coincidía con la de una joven tafallesa de sólo 22 años, María Tapia Manú, que viajaba por Haro en un vehículo que se salío de la calzada, chocó contra la mediana y volcó. Su madre, Maite Mañú Echaide, fue alcaldesa de Tafalla por PSN en la legislatura pasada; es actualmente concejala y preside la Mancomunidad de Mairaga. La muerte de la joven, que viajaba con otros dos ocupantes que resultaron ilesos en el accidente, causó una enorme conmoción en la zona.

Además, ese mismo sábado, a la entrada de Bidarrain, en la carretera de Baiona, un joven de 19 años perdió la vida en una colisión frontal entre dos vehículos. La víctima era residente en Donibane-Garazi.

Operación Retorno tranquila

Por lo que respecta a la operación retorno de ayer, la normalidad fue la tónica dominante durante la tarde. No obstante, a medida que avanzaban las horas se fueron sucediendo las retenciones en puntos habituales como la A-63 entre Baiona y Biarritz, dirección Burdeos; el tráfico lento también se repitió en la A-8, en Muskiz y en la variante de Donostia, en la AP-1, en la localidad burgalesa de Briviesca dirección a Gasteiz y en la A-15, a la altura de Billabona, dirección Andoain.

Más allá de estas previsibles retenciones, apenas hubo que registrar incidencias durante el lunes, más allá de un par de accidentes en Mendabia y Olabe, aunque sin relevancia.

Por su parte, la Policía Foral informó de que a lo largo de esta festividad de Semana Santa ha impuesto 284 sanciones de tráfico, una treintena más que en las mismas fechas del año pasado.