Comparte la posición con DKV Joventut y Gran Canaria, pero Bizkaia Bilbao Basket ya es octavo de la clasificación de la Liga ACB. El conjunto vizcaino lavó su borrón del partido contra el Nymburk y sumó su octavo triunfo liguero consecutivo -la mejor racha de su historia- a costa de un Xacobeo que pagó los platos rotos de un equipo que saltó a la cancha a comerse a su rival y que, visto lo visto, lo consiguió sin ni siquiera pelar a su presa. El triunfo de ayer supone la mayor paliza infligida por el conjunto bilbaino en la Liga ACB, amén de su tercera máxima anotación. Y eso que se dejó ir en el último período, que si no...

Su rival, por contra, no pudo ni defenderse. Asolado por las lesiones y en un mar institucional enrarecido, el Xacobeo fue un juguete en lo que al final acabó siendo un entrenamiento con público. Hombres como Seibutis o Markota disfrutaron de muchos más minutos de los habituales, minutos que aprovecharon para dar espectáculo ante un rival desarbolado, borrando de un plumazo el molesto recuerdo de los pitos del respetable del ultimo partido de la Eurocup. Asimismo, cabe resaltar que el triunfo bilbaino le ha supuesto un gran favor a Lagun Aro GBC, que vuelve a abrir brecha respecto al conjunto gallego.

Sin Rodríguez, sin complejos

Se palpaba la existencia de cierta ansiedad entre los de Katsikaris para congraciarse con su público. La situación del rival daba para pensar en un cómodo triunfo, pero los hombres de negro no se confiaban ni se conformaban con ganar sin más. De cualquier modo, la primera noticia no era nada buena: Salgado saltaba en el quinteto titular porque Javi Rodríguez era baja de última hora a causa de un tirón muscular.

El de Santutxu no se arredró ante la responsabilidad y dio bríos a su equipo, que le secundó sin miedo. Y ahí se acabó el partido porque los de Curro Segura no tenían capacidad para nada. Si en ataque los bilbainos estaban acertados, en defensa lo estaban más, como demuestra los 11 puntos de media que encajaron en los tres primeros cuartos. Con parciales de 23-10, 29-13 y 27-10, el partido fue una fiesta local que llegaba a su último cuarto con un escandaloso 79-33 en el luminoso. Entre medias, triples, alley oops -hubo uno espectacular entre Mumbrú y Hervelle, que el belga «dedicó» a Massey-, robos y fiesta, mucha fiesta en el BEC.

Sólo entonces tuvo misericordia el conjunto local. Massey, fiel a su instinto carroñero, arregló sus números y dejó la desventaja final en unos «discretos» 40 puntos. Ahora toca ir a Valencia a mantener la racha.