Rubalcaba enviará el comunicado de ETA a los firmantes de Bruselas
Pese a que ETA anunciaba en su comunicado que será en próximas reflexiones cuando valore las aportaciones lanzadas por agentes internacionales, el ministro de Interior español quiere presentarlo como un rechazo al emplazamiento realizado por 21 líderes internacionales. Tras haber despreciado la Declaración de Bruselas, ahora enviará el mensaje de ETA a sus firmantes. Tanto Rodolfo Ares (PSE) como Patxi Zabaleta (Aralar) avalan la lectura de Rubalcaba.
GARA
El ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, situó ayer el último comunicado de ETA como un rechazo de la organización armada al emplazamiento de líderes internacionales en resolución de conflictos, explicitado en la sede del Parlamento Europeo. Y, de hecho, indicó que piensa remitir a los firmantes el mensaje de ETA, para que lo tengan en cuenta.
En el comunicado emitido en el Aberri Eguna, ETA explica que ve con buenos ojos que «la necesidad de resolver el conflicto vasco aparezca con fuerza en la agenda internacional». A juicio de la organización vasca es «importante» la implicación internacional, en alusión a dicha declaración, aunque precisa que será en las próximas reflexiones cuando recoja «las aportaciones y opiniones que han lanzado los agentes internacionales». Para Rubalcaba, por contra, ya ha hablado, y lo ha hecho para decir que no al mensaje de Bruselas.
En el texto ETA añade otras consideraciones, como que la «llave» para la resolución del conflicto está en Euskal Herria, y aclara que «sólo la desactivación de la respuesta armada no solucionará el conflicto político» por lo que aboga por lograr las «garantías y compromisos de todas las partes, para construir el escenario democrático que garantizará una salida sólida y permanente» al conflicto.
La Declaración de Bruselas fue acogida por las autoridades españolas con un mutismo total que se extendió durante toda la semana, y curiosamente ha sido tras el comunicado de ETA cuando el Gobierno español ha empezado a darle algún valor.
Para Rubalcaba, el conjunto del comunicado, que hacía pública otra versión del tiroteo de París diferente a la oficial, es «una patraña burda, repulsiva y repugnante». Por eso, dijo que lo mandará al Parlamento Europeo, traducido a varios idiomas, para que los firmantes del manifiesto «vean lo que les ha contestado ETA a su propuesta, que es no, y sobre todo para que vean con quiénes se están jugando los cuartos, cómo explican los asesinatos y de qué tipo de cosas estamos hablando».
«Asesores de Batasuna»
Por su parte, el consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, tildó a los impulsores del manifiesto, entre ellos el abogado sudafricano Brian Currin, de «asesores de Batasuna». En una en- trevista en Radio Euskadi, Ares apuntó que son «más asesores de Batasuna que mediadores entendidos en términos exactos», pese a que el posicionamiento está firmado por personalidades tan diferentes y de tanto relieve como Nelson Mandela -a través de su Fundación-. Desmond Tutú, Frederik de Klerk, John Hume, Mary Robinso, Jonathan Powell y otros quince nombres más.
El responsable del PSE indicó que con la declaración estos líderes «vienen a manifestar que tiene que desaparecer la actividad terrorista», a lo que Rodolfo Ares opina también que ETA ha respondido de manera negativa. «Por lo que sabemos del comunicado de ETA, no parece que ése sea el camino que quieran recorrer», apostilló.
En esta línea, el dirigente de Aralar, Patxi Zabaleta, dice también entender que ETA «no ha tomado en consideración» el manifiesto presentado en la sede del Parlamento europeo. Indicó que «el hecho objetivo es que el comunicado de ETA dice no, hoy por hoy, a la recomendación de los mediadores internacionales», hecho que lamentó. Insistió además en que «el que no lo quiera ver así, o no analiza bien las cosas o ha sido abducido en una especie de razonamientos, de contextualización, que no son propios de una sociedad y unas fuerzas políticas maduras».
En la entrevista ofrecida a Herri Irratia, Patxi Zabaleta tampoco perdió la ocasión de demandar a ETA «el cese unilateral y sin contraprestaciones», algo que, para él, sería un «gesto emblemático e histórico».