El gesto de Alejandro Valverde tras cruzar la línea de meta lo dijo todo. El corredor murciano partió de Zierbena como líder y aparecerá en los libros como el vencedor de la primera etapa en estas bodas de oro de la Euskal Herriko Itzulia, pero una victoria por «vía judicial» no acaba de agradar. No cabe duda de que la logró ayer, de nuevo en dura pugna con Óscar Freire, le supo mucho mejor.

El propio corredor reconocía que «tenía bastantes ganas de cruzar la línea de meta en primer lugar y ha podido ser hoy. La de ayer -por la víspera- fue una victoria, pero no como me hubiera gustado que llegara». La segunda tuvo a los mismos protagonistas y, entre el terreno y el competidor, se le hizo muy complicada. «He arrancado muy pronto -explicó- y picaba mucho para arriba y además había bastante viento de cara. Óscar venía remontándome y no ha podido pasarme, pero ha sido por los pelos».

Coincidía en la valoración del triunfo José Luis Jaimerena. «Las victorias saben bien cuando eres el primero en cruzar la meta -admitió el director de Caisse d'Epargne-. Ayer al final fue una victoria de las que no gustan. Lo que a uno le da la satisfacción es ganar siendo primero, y creo que ya se ha visto en el gesto de alegría que ha hecho Alejandro».

Triunfo que, además, mantiene al murciano en el primer puesto de la clasificación -que la fuga del día puso en peligro-, aunque según su director, éste no era un fin prioritario para su equipo. «No era el objetivo mantener el liderato -explicó Jaimerena-. Más bien era tratar de pasar la etapa sin perderlo. No importaba acabar el día siendo segundo, pero lo que no queríamos era que una escapada pudiera llegar con mucho tiempo. Pero lo de menos era ser primeros o segundos, aunque también sabíamos que era una llegada que le iba bien a Alejandro». «Aunque tampoco nos habría importado que llegaran los tres fugados -insistió el director navarro-, pensábamos que habría otros equipos interesados. Al final, los intereses de todos los equipos nos han permitido tener una oportunidad y Alejandro no la ha desaprovechado».

Samuel, mejor

Muy cerquita, esta vez, del ganador, llegó Samuel Sánchez. El asturiano todavía lamentaba lo sucedido la víspera, aunque tampoco quería fustigarse en exceso. «No somos máquinas -recordó-, somos humanos y una de las grandezas de este deporte es esa, ver cómo uno de los favoritos puede fallar. Aunque sí es una pena, no lo puedo negar, y el más dolido soy yo porque me había preparado mucho para llegar bien. Pero el deporte es así». El corredor de Euskaltel-Euskadi todavía no encontraba explicación a lo sucedido camino de Zierbena. «Tuve un mal día en el peor escenario posible. Quizá las alergias... No lo sé, la verdad es que el cuerpo no iba y contra eso no se puede hacer nada».

Afortunadamente, el asturiano se encontraba mucho mejor 24 horas después. «Me he sentido mejor, iba mucho más a gusto en carrera -confirmó-. Después del mal, hay que pasar página y mirar para adelante, ser optimistas. Beñat está ahí, yo he recuperado el golpe de pedal y, como hemos visto, cualquier día puede pasar de todo».

Samuel, por último, pidió que no se presionara en exceso al que se ha convertido en el líder del equipo para esta carrera, al menos de cara a la general. «Yo creo que no es nada nuevo decir que tiene unas condiciones innatas -aseguró-. Lo que pasa es que no hay que meterle más presión de la debida. Hay que dejarle tranquilo, tiene 23 años, es muy joven y tiene que aprender. Creo que en el equipo podemos sacar pecho por tener un ciclista así, pero hay que darle tiempo», insistió.

Coincide Amets Txurruka, para el que, además, «los ciclistas ya nos metemos bastante presión a nosotros mismos». Aunque el vizcaino confía en la carrera que puede hacer su compañero. «Beñat ya ha demostrado en el Criterium que está bien -recordó- y que en las contrarrelojes se arregla bien. Yo creo que estará adelante».

Respecto a su presencia en la fuga, Txurruka admitió que la presencia de Benítez les había cortado las alas, por lo que «he hablado con Rogers y hemos pensado que era una buena opción intentar irnos los dos, a ver si nos daba permiso el pelotón. Lo hemos intentado, pero era muy difícil. Además, el viento era muy fuerte y eran demasiados kilómetros».