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La cultura vasca y la prehispánica se unen en un mural en México

Tras conocerse en el proyecto Emari que tuvo lugar en el valle de Ultzama el verano pasado, Koldo Agarraberes y Josu Zapata han viajado a México, donde han realizado conjuntamente un mural en el Faro de Tláhuac. «Los dioses nacen de las flores» es el resultado de la primera residencia artística en ese recinto.

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M. MacMASTERS - LA JORNADA | MEXICO D.F.

Los pintores navarros Koldo Agarraberes y Josu Zapata viajaron a México para realizar el mural «Los dioses nacen de las flores», con el cual buscan unir la cultura prehispánica de México y la vasca «preindoeuropea». En las instalaciones de la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) Tláhuac (avenida La Turba s/n, colonia Miguel Hidalgo), inauguraron ayer por la tarde su propuesta, en lo que es la primera residencia artística que se emprende en ese inmueble.

Aunque la idea original era conseguir apoyo económico para el proyecto, ante la imposibilidad de lograrlo -la carga social de la obra o no responder a los criterios del mercado del arte- Agarraberes (1967) y Zapata (1981), ambos de Iruñea, decidieron financiar ellos mismos su primera visita al continente americano.

Desde Ultzama a México

El contacto en México de los dos pintores es el artista Antonio Ortiz Gritón, a quien conocieron el año pasado en el primer Ritual Internacional de Arte Actual Emari 09, en Ultzama (Mari, por la diosa vasca y el prefijo «e» significa «ofrenda a»).

También participó el grupo mexicano Biorritmo, el cual «compara a Mari con la Coatlicue, la diosa sangrante, pero pensamos que no era así, que la diosa madre era anterior y que se puede encontrar con la cultura olmeca en estas piezas chiquitas que tienen más encanto que las grandes. Entonces, con ese proyecto decidimos venir a México, ver las piezas e intentar llegar hasta el principio, porque no somos antropólogos ni historiadores. Todos empezamos desde un matriarcado que creemos no era guerrero, al que queremos volver para renovarnos en estos momentos de crisis mundial, climática y de valores», expresa Agarraberes.

Respecto del mural de 30 metros cuadrados, Josu Zapata apunta que «de alguna manera intentamos volver a la iconografía del inicio, de donde sale, de donde se construye toda nuestra cultura». Agarraberes agrega: «Este mural es parte de un proceso de recuperación y renovación del mito de Mari. Queremos mirar hacia atrás y actualizarlo de manera pictórica, pero lo hacemos de muchos modos, pedagógicamente, a la hora de elaborar certámenes artísticos novedosos. Estamos dentro del desafío en el arte, haciendo cosas muy lanzadas».

Por ejemplo, es la primera vez que realizan un mural al alimón, el cual ha resultado un desafío, porque mientras Agarraberes tiende a la abstracción, Zapata es más bien figurativo. Al llegar a México, lo primero que hicieronfue visitar el Museo Nacional de Antropología y luego ver obra de Siqueiros y Rivera. Algo que llamó mucho su atención fue «la mujer dormida», ya que «en Euskal Herria» representan a Mari como un monte, «donde se dice que también duerme». Esa iconografía fue trasladada al mural en forma de una «Frida Kahlo dormida».

Los artistas utilizaron tela blanca, pero con un motivo floral en rojo, el mismo que han incorporado a sus trazos. El resultado es un trabajo muy cargado, barroco, que obedece al hecho que «Rivera intenta en sus murales cargarlos de iconografía y de alguna manera crear una especie de cuentito plástico». Según Agarraberes, el mural tiene «una sicodelia que nunca había visto. Una manera de mezclar los colores que ha sido una influencia de nuestro viaje aquí».

Un regreso a los inicios, a lo anterior al patriarcado

«Basamos nuestra filosofía en el acercamiento de las dos cosmogonías pero comparamos a Mari con las diosas olmecas, culturas primigenias de Mesoamérica que rendían culto a la tierra y cuyas diosas eran muy similares a Venus encontradas en Europa en el Neolítico», explicó ayer desde México a Gara Koldo Agarraberes. «En estas culturas no hay indicios de dominio, supeditación o discriminación de un género sobre el otro. Nuestro propósito es volver a los inicios, a las culturas anteriores al patriarcado, reinterpretar los símbolos y arquetipos de esta época para actualizarlos pictóricamente». Esta obra es tan sólo el inicio de varios trabajos que irán desarrollando durante su estancia en México. «Tenemos muchos planes aquí. Estamos acabando otro mural pequeño con la misma idea que el anterior en la Escuelita de Artes y Oficios Emiliano Zapata, en Coyoacán. También hemos sido invitados a participar en un certamen comisariado, entre otros, por Antonio Gritón, que se va a realizar en toda una avenida Y hoy presentamos el proyecto invitados por el gestor cultural que dinamiza las cuestiones vascas en la capital de México, Gorka Larrañaga». A.ARRUTI

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