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Un gran clásico, restaurado y en alta definición

«Lola Montès»

Max Ophüls está considerado como el cineasta más refinado y exquisito de todos los tiempos. Con su postrera realización «Lola Montès» alcanzó la apoteosis del color, dentro de una lujosa puesta en escena que recreaba las cortes principales del siglo XIX, a través de la apasionante figura de aquella bailarina de origen irlandés pero con un exótico seudónimo.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Hace dos años el Festival de Cannes presentó la copia restaurada, fotograma a fotograma, y en alta definición, del clásico de Max Ophüls «Lola Montès». Era el fruto de una laboriosa recuperación llevada a cabo por la Cinemateca francesa, donde lograron preservar su característico cinemascope y la fotografía en Eastmancolor de mediados de los años 50, obra del mítico operador Christian Matras.

Es de temer que solamente puedan disfrutar de esta señalada reposición, debido al escaso número de copias disponibles, en Madrid y Barcelona. En «provincias,» a no ser que algún exhibidor tenga el detalle, nos veremos obligados a esperar a la edición en DVD, aunque nunca es lo mismo, y más por el formato de la película pensado para la pantalla grande.

«Lola Montès» es el típico ejemplo de película que se ha visto revalorizada con el paso del tiempo. En su momento fue tratada con los reparos que se ponen a toda realización postera en la filmografía de un gran maestro. Hoy es el día en que ocupa un sitio privilegiado junto a los otros hitos cinematográficos de Max Ophüls: «Carta de una desconocida», «La ronda», «El placer» y «Madame De...».

Siendo la figura histórica de la bailarina y cortesana irlandesa tan fascinante e inagotable no ha vuelto a ser revisitada por el cine, seguramente porque Max Ophüls hizo un retrato de sus andanzas decimonónicas tan completo y lujoso que nadie se ha atrevido con una producción que, sólo en decorados, exigiría una documentación y unos presupuestos actualmente desorbitados. Por suerte tenemos el original a nuestro alcance, tal y como fue concebido en su momento.

La vida de la verdadera Lola Montès conoció tantos escenarios y etapas diferentes que la película los resume de forma evocadora, partiendo de una introducción de ambiente circense. Como se supone que aquella mujer hizo de todo, desde la pista de circo rememora sus muchas actividades y romances por las principales cortes de las vieja Europa, sobre todo en la de Ludwig I de Baviera, que es interpretado por Anton Walbrook. También aparecen Franz Liszt y el círculo de George Sand.

Reposición

Dirección: Max Ophüls.

País: Estado francés, 1955.

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