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Valverde no le disputó la etapa y se conformó con el amarillo tras reiterar que es el más fuerte de la Euskal Herriko Itzulia

El grito de Samuel en Arrate

El asturiano logró la primera victoria de la temporada de un Euskaltel que completó una etapa brillante con una exhibición de Txurruka, que se aseguró el maillot de la montaña, y la confirmación de Intxausti, que se coloca quinto en la general con opciones al podio final.

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Joseba ITURRIA

Samuel Sánchez logró la primera victoria del Euskaltel de la temporada en el mejor escenario posible, una subida a un puerto especial como Arrate repleto de aficionados que disfrutaron con el festival de su equipo. Al triunfo del asturiano se sumó una exhibición de Amets Txurruka y la confirmación de que Beñat Intxausti tiene un futuro esperanzador por delante.

Arthur Janov se hizo famoso por desarrollar la terapia primal, que recogía el grito como forma de liberarse de los sentimientos reprimidos desde la infancia. Samuel también gritó ayer en Arrate para liberarse de la presión que rodeaba a un equipo al que se le resistía la victoria y de la gran decepción que le supuso quedarse en el repecho de Putxeta sin opciones de luchar por el objetivo del inicio de la campaña. Primero señaló el nombre de su equipo en el maillot, recordó con su dedo que era la primera victoria y gritó y se liberó de la frustración de Zierbena.

Samuel Sánchez confirmó que lo del lunes fue simplemente un mal día. Era raro que hubiera fallado en la preparación porque es especialista en alcanzar la mejor forma para sus objetivos. Donde pone el ojo, acierta con la diana. Y nada mejor para estrenar el palmarés 2010 del Euskaltel que en un final en el que, como no hay mal que por bien no venga, le vino de perlas el tiempo perdido.

Valverde era el más fuerte y, de haber querido, probablemente habría ganado. El murciano se limitó a seguir la rueda de Gesink en la última subida sin saltar al ataque de Horner, al que sólo fue a buscar Samuel. Valverde esperó a coronar y entonces anuló la ventaja del asturiano y del norteamericano con una facilidad insultante.

Cuando llegó a la rueda de ambos, saltó Samuel y no fue a por él. Le bastaba con un maillot que difícilmente perderá en la crono de Orio porque es mejor especialista que Gesink y Horner y el recorrido le conviene.

Sólo tendrá que aguantar en los repechos de Aia a sus dos únicos rivales en una lucha por la general. En la lucha por el podio hay que incluir a Beñat Intxausti, al que las etapas de hoy y mañana le van mejor que la de Arrate y además tendrá la tranquilidad de que Euskaltel ya ha cumplido. Pierde algo más de medio minuto respecto a Valverde, igual que Peraud, Cunego y Andy Schleck.

Intxausti sufrió en el inicio del puerto tras el ataque de Schleck, que confirmó su intención de luchar por la victoria, tal y como adelantó a GARA. Pero el luxemburgués acusó los días de competición que no ha podido cubrir por su enfermedad y al final fue atrapado por el de Zornotza, que se recuperó con una madurez y una tranquilidad más que reseñable para un corredor tan joven que se encuentra ante su primer test serio. Perdió 30 segundos en los primeros kilómetros de subida y esa fue la diferencia con la que llegó a meta.

Etapón de Amets

Por si fueran pocas las alegrías que dieron al equipo naranja Samuel e Intxausti, Amets Txurruka terminó de ganarse el corazón de una afición en la que ha calado por su combatividad. La etapa comenzó sin Frank Schleck, como consecuencia de las secuelas de la caída de la víspera, y tampoco salió el ganador de 2006, Gómez Marchante. Tardó más de lo habitual en hacerse la fuga del día, que cuajó tras el salto en el kilómetro 44 de Amets Txurruka junto a Aitor Pérez Arrieta (Footon), Santaromita (Liquigas), Frohlinger (Milram) y Fuglsang (Saxo).

Era la segunda fuga en la Euskal Herriko Itzulia del ciclista de Etxebarria, mientras que el de Zegama daba el pleno al Footon, que ha conseguido entrar en las escapadas de las cuatro jornadas. Consiguieron una máxima ventaja de cuatro minutos en el kilómetro 74 y, a partir de ahí, comenzó a decrecer con un pelotón en el que pronto asumió la responsabilidad Katusha para intentar hacer valer la baza de Joaquim Rodríguez, pero al catalán no le benefició hacer tantos kilómetros a un ritmo tan alto.

La diferencia bajó hasta los 2.28 en el segundo puerto de Karabieta y se estabilizó en los dos minutos hasta que en Ixua Katusha impuso un ritmo muy fuerte. En el alto, Txurruka aseguró su triunfo en la montaña al pasar en solitario con apenas 1.23 sobre un grupo en el que ya se movían los gallos al saltar por delante Peraud, Gesink, Velasco, Schleck y Kolobnev.

El combativo corredor de Euskaltel era el más fuerte de la fuga y pasó todos los puertos menos el último en cabeza y, ayudado por los puntos sumados camino de Biana, por una vez su combatividad fue premiada con la presencia en el podio con un maillot de la montaña importante para Euskaltel.

No se limitó a ello. Fue cazado a seis kilómetros de meta y aún tuvo la casta de disputar la etapa y sólo cedió 1.11 en una meritoria decimoquinta plaza. Y, por si fuera poco, Velasco confirmó su gran carrera al entrar con Zubeldia cinco segundos después. Todos ellos hicieron que la afición también gritara. Si Samuel lo hizo como liberación, sus seguidores gritaron de alegría.

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