Pelea por Europa
Menos nombre, más trascendencia
Los rojiblancos regresan a San Mamés con la obligación de reencontrarse con el triunfo para seguir dependiendo de sí mismos.
ATHLETIC - ALMERÍA
Amaia U. LASAGABASTER
Lo que hace algunos meses era poco más que una ilusión se ha convertido en un objetivo concreto. Un tránsito que se agradece porque significa que el Athletic tiene posibilidades reales de entrar en Europa, pero que también añade un plus de presión a cada cita de los rojiblancos, más ahora que el margen de error se va reduciendo.
Del «a ver si» se ha pasado al «hay que». Sobre todo, viendo el calendario y los problemas del equipo cuando actúa lejos de San Mamés, en los partidos que se disputan en Bilbo. Y más aún tras los resultados de la última jornada, previsibles, pero que han dejado al Villarreal, que viene como un tiro, a sólo dos puntos por debajo.
De ahí que el Athletic se enfrente esta tarde a un rival con mucho menos nombre que el de la semana pasada, pero en un choque con mucha mayor trascendencia que aquel. Si gana, porque seguirá dependiendo de sí mismo con una jornada menos por delante; y si no lo hace, porque perderá ese sexto puesto al que tanto esfuerzo le ha costado encaramarse.
Lo del «nombre», además, amenaza con engañar más que nunca. No tanto porque al Almería no se le de nada mal San Mamés -un empate y una victoria en sus dos visitas-, sino sobre todo por la escalada que ha protagonizado el equipo andaluz desde la llegada de Juanma Lillo al banquillo. Los almerienses juegan bien y, además, sacan puntos.
Por fortuna, el Athletic también tiene algo que decir en ese sentido, gracias a la buena imagen que ha ofrecido en muchos de sus últimos compromisos y, sobre todo, la racha espectacular que ha enlazado en San Mamés, con seis victorias y un empate en los siete últimos partidos. La motivación -no parece que el Almería vaya a pelear por mucho más que por acabar la temporada tan apaciblemente clasificado como ahora- debería acabar de inclinar la balanza de su lado.
Novedades
El Athletic encara la cita con las altas de Pablo Orbaiz y Óscar de Marcos de vuelta en la convocatoria, en sustitución de Iñaki Muñoz y Ander Iturraspe -ayer jugó con el Bilbao Athletic junto a Iker Muniain-. No será de la partida el atacante gasteiztarra, ausente en los cinco últimos partidos tras fracturarse un dedo del pie, pero sí podría serlo su compañero, que se ha perdido los encuentros ante Racing y Barcelona tras lesionarse -a lo que se añadió su sanción- ante el Getafe.
Es en el centro del campo donde se ubican casi todas las dudas respecto a los planes de Joaquín Caparrós, que ayer escondió sus cartas trabajando a puerta cerrada en San Mamés. Con la vuelta de Gaizka Toquero a la media punta prácticamente asegurada, Markel Susaeta podría reubicarse en banda, en detrimento de David López. Orbaiz se disputaría entonces con Carlos Gurpegi una plaza en el doble pivote. La otra opción pasaría por la suplencia del eibarrés, y el famoso trío Gurpegi-Orbaiz-Javi Martínez, que tan buen rendimiento dio en su día, de nuevo en funcionamiento ante el Almería.
La Federación Internacional de Peñas hará entrega de su Trofeo al jugador más regular de la pasada temporada durante los prolegómenos del choque. El ganador es Fernando Llorente.
Ander Iturraspe e Iker Muniain jugaron ayer con el Bilbao Athletic frente al Guijuelo (2-1). El navarro anotó el primer gol rojiblanco y otro cachorro que ya ha debutado con el primer equipo, Iñigo Pérez, firmó el segundo.
«Ha sido córner», se cantaba en El Sadar hace algunos años, cada vez que a Osasuna le sonreían con un penalti, ante el gafe de los delanteros rojillos. Quién sabe si hoy habrá que recurrir al mismo cántico en San Mamés.
Fernando Llorente se ha desquitado en los últimos partidos, pero el porcentaje de acierto del Athletic sigue lejos de ser bueno. Y esta tarde se enfrenta al parapenaltis oficial de la Liga -curiosamente, el último lo detuvo ante Osasuna-. También al guardameta de moda. Un Diego Alves por el que, según dice la rumorología, se pelearán este verano Barcelona y Real Madrid, con Villarreal y Sevilla a la expectativa.
Sólo cuatro de los doce penaltis que le han lanzado desde que llegó al Almería han acabado entre las redes, otros dos se marcharon fuera y otros seis, nada menos, en las manos de Alves. Es el dato más llamativo en su currículum, pero lógicamente no el único que ha llamado la atención de tanto pretendiente.
Diego Alves (Río de Janeiro, 1985) inició su carrera en el Atlético Mineiro. En el verano de 2007 llegó al recién ascendido Almería por dos millones y medio de euros. Una cantidad elevada, teniendo en cuenta las cifras en las que se mueve el club andaluz, pero que los 15 milllones de la cláusula de rescisión pueden convertir en la mejor inversión de su historia.
Al brasileño le tocó chupar banquillo en sus primeros meses, pero una cláusula en el contrato de David Cobeño, cedido por el Sevilla, impidió a éste disputar el derbi andaluz. Alves se convertía así en el primer portero brasileño en jugar en Primera. Un par de semanas después repitió. Y ya no se movió del once, en el que incluso se apuntó el récord de imbatibilidad de la temporada -la décima mejor marca de toda la historia de la competición-, con 677 minutos sin encajar un gol.
Una línea que ha mantenido este año, aunque el pobre trabajo defensivo de su equipo hasta la llegada de Lillo, le tiene muy lejos de la pelea por el Zamora. Dice que la Virgen -siempre lleva encima una imagen de la Bien Aparecida- le «ayuda», aunque tiene trucos más terrenales para convertir el de los once metros en un punto menos fatídico: «Aguantar hasta el límite» y estudiar al rival. «Me fijo en el jugador, estudio todos sus movimientos previos. Además, siempre manejamos muy buenos informes de los lanzadores habituales de cada rival».
Visto lo visto, mejor seguir el ejemplo de la afición iruindarra y desear más córners que penaltis para esta tarde. A.U.L.
