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Oihana Llorente Periodista

Siete años en balde

Nos han tratado como a ratas. Ha sido un trato cruel, despiadado y vejatorio. Si torturan de esta manera al director de un periódico que no harán a un joven vasco». El relato del infierno padecido en las cloacas del Estado se colaba en nuestros televisores 23 de febrero de 2003. Martxelo Otamendi, visiblemente abatido y muy emocionado, ponía voz a una realidad imborrable, para los que se han visto forzados a padecerla, e invisible para la mayoría de los telespectadores.

Otamendi sólo hizo una petición nada más abandonar la comisaría. Se dirigió a las instituciones y les instó a hacer todo lo posible para que «ni un día más se vuelva a torturar a un ciudadano vasco».

Aquel relato de torturas se introdujo en la retina de la sociedad vasca consiguiendo sacar a la luz la denuncia de la tortura, antes silenciada. Sin embargo, la ciudadanía vasca ha comprobado atónita cómo la denuncia interpuesta por Otamendi ha encontrado carpetazo en cada una de las instancias judiciales del Estado español y que aún está a la espera de que Estrasburgo haga justicia.

Siete años después de que colocara el candado al único periódico en euskara, el mismo tribunal que suscribió su defunción echa por tierra el proceso emprendido contra el rotativo. Como si nada importara, admite que el proceso se ha invertido cerrando el periódico antes de tener pruebas en su contra.

El cierre del diario ``Egunkaria'' y las denuncias de tortura de los ahora absueltos sacudieron la conciencia de muchos. Pero, al parecer, no las suficientes ya que a día de hoy clausurar un periódico es gratuito y la tortura sigue estando a la orden del día.

No podemos obviar que en estos mismos momentos hay diez ciudadanos vascos en la misma tesitura en la que estuvo Otamendi. Su salida de comisaría no será retransmitida en directo y pocos medios darán voz a sus testimonios, pero no por ello deberían de tener menos derechos.

Es imprescindible crear un muro de contención que imposibilite que este tipo de atrocidades se repitan, un muro que ayude a nuestro pueblo a transitar hacia una verdadera democracia.

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