QUERELLA POR DENUNCIAR TORTURAS

«Ares aplica el manual del torturador actuando contra los que denuncian»

¿Por qué cree que Ares ha interpuesto la querella en su contra?

Es un signo claro de que en Euskal Herria a día de hoy no existe una verdadera democracia. Lo que está haciendo Ares es seguir el manual del torturador. Es decir, negar la existencia de la tortura, hacer caso omiso a las recomendaciones continuas de organismos internacionales y actuar contra aquellos que denuncian. Cuando lo que debería de hacer, si fuera un gobernante democrático, sería abrir una investigación seria, independiente y rigurosa. En el caso de los detenidos en Ondarroa que han denunciado malos tratos, lo que debería de hacer es remover todos los obstáculos que facilitan la práctica de la tortura: acabar con la incomunicación, grabar la estancia en comisaría de los detenidos y permitir el acceso a un médico de confianza y a un abogado de confianza.

Ares asegura que cumplieron los protocolos homologables a cualquier país europeo, pero no presenta los vídeos.

En el caso de Ondarroa les atendían en un teléfono en el cual pudieron comprobar que les mentían descaradamente. A los familiares de Ibon Iparragirre les aseguraron que se encontraba en comisaría, cuando ellos mismos le estaban viendo porque había sido trasladado para realizar un registro.

Lo único que hicieron es dar un teléfono en el que se les mentía. No hubo visitas del médico de confianza, no hemos visto ningún vídeo y si quiere que los enseñe, si es que los tiene. Y tampoco se permitió al abogado de confianza asistirles. Además, en este caso les mantuvieron incomunicados algún día más en prisión. La forma en la que se actúa en el Estado español no es como en otros países europeos. En el Estado francés, en casos similares, el abogado de confianza va a comisaría, hay acceso al atestado y se le asiste en los tribunales de París.

Ha hecho hincapié en su condición de abogado. La semana pasada denunciaron en rueda de prensa que el objetivo de la última operación policial era deshacerse de «testigos incómodos». ¿Cree que la querella va en ese sentido?

No sé lo que pretende, pero si trata de asustar, pincha en hueso. Desde luego a los abogados no nos asustan las querellas, ni siquiera la cárcel. Es algo con lo que trabajamos en nuestro quehacer diario. Creo que intenta evitar que se sigan denunciando las vulneraciones de derechos que sufren los ciudadanos en Euskal Herria. Tampoco lo va a conseguir, porque es algo inherente a nuestra profesión. Más allá del compromiso profesional que podamos tener cada uno para acabar con la tortura y las vulneraciones de derechos fundamentales, como abogados es una obligación deontológica.

¿En qué situación se encuentran las denuncias de torturas de los detenidos en Ondarroa?

Estamos recabando los testimonios de las denuncias. Lo que pasa es que nos encontramos con las dificultades que suponen vulneraciones de derechos como son la dispersión o las medidas en las cárceles. Por ejemplo, en la Audiencia Nacional tardaron un mes en darme la acreditación para poder visitar a mis defendidos de Ondarroa. No sé si alguna estará interpuesta, pero desde luego se está recabando el testimonio de los detenidos para interponer la denuncia.

Ares ha evitado referirse a este asunto.

El que tenía que ocuparse sería él y no querellarse contra el que denuncia la tortura. Lo que tendría que hacer es responder a una serie de preguntas: ¿por qué aplican la incomunicación si no es para someter a malos tratos o forzar al detenido a declarar de una determinada manera?, ¿por qué en los cuarteles de la Policía francesa no hay ninguna declaración policial y resulta que en los cuartelillos de la Guardia Civil, Ertzaintza y Policía española se dan a menudo declaraciones autoinculpatorias?, ¿por qué no graban en vídeo la estancia en comisaría?, ¿por qué no ponen en práctica las recomendaciones de organismos internacionales si no tienen nada que ocultar?

¿La denuncia en su contra tiene relación con la operación contra abogados y la sentencia de «Egunkaria»?

Nada es casualidad en este país. Al de dos días de la sentencia de «Egunkaria» vino la detención de abogados, que según Rubalcaba eran el objetivo principal. Se han visto obligados a salir al paso y a decir que son muy democráticos y que todo es mentira porque forma parte de una campaña. Dicen que los abogados son de ETA y trabajan a tiempo parcial. Sin embargo, los abogados que defendemos a represaliados vascos trabajamos a tiempo completo y lo que aquí está demostrado es que los que trabajaban a tiempo parcial ejerciendo de gobernantes y ministros y otro tiempo formando parte del GAL eran miembros del partido al que pertenece Ares. No es más que otra forma de seguir reprimiendo; somos testigos molestos que las vulneraciones de derechos que se producen y se les hace insoportable. M.A.