La serie entre viñedos de la primera estatal no tiene pinta de que llegue a ser nunca un «Gran Reserva». Lo que ofrece es un vino de mesa, a lo sumo un cosechero con ínfulas. El método de producción no es de gran serial sino de culebrón, cuestión que no deja de jugar a favor de audiencias menos exigentes y mayoritarias, pero que no puede venderse con publicidad engañosa. La publicidad encubierta que contenía en los capítulos ya se denunció y han tenido que quitar los agradecimientos a muchas bodegas reconocibles como marcas de consumo masivo porque no cuela: se trata de publicidad y eso ahora mismo no es posible.

Lo de publicidad engañosa se señala por las promociones donde se intenta vender como lo que no es. Y lo que no es, a nuestro entender, es una serie ambiciosa, aunque sí trate de ambiciones, de clases sociales dentro de la misma actividad y familia, de sagas, de jerarquías y tenga como paisaje valles repletos de viñedos, caserones señoriales y bodegas, ni la estética predominante, ni los contenidos y mucho menos la calidad de tramas, guiones y diálogos, pueden considerarse mucho más que un buen trabajo, prudente, manufacturado, es decir de un cosechero regular, para cada día, y no creemos que reposando en barricas o en almacenes refrigerados esta serie pase a la historia.

El reparto es tan desigual que se enfrentan disciplinas, capacidades, métodos interpretativos en casi cada plano. Hay algunos protagonistas, que dicen tan mal, que hablan con un tonillo de aficionado, sin darle a las palabras la intensidad requerida, que cuando otros, como Emilio Gutiérrez Caba interviene, se abre una brecha casi insalvable. El actor comedido, al que se le entiende, que da intención en cada mirada, silencio o respiración, frente a la belleza, la fuerza sin canalizar artísticamente.

Todos tenemos referencias, lejanas, cercanas, medianas, con series y viñedos. Es una actividad propicia, y si le saben meter asuntos de cuernos, crímenes y detalles para darles algún léxico a las audiencias para simular conocimiento enológico en los restaurantes, será un éxito. Relativo, pero suficiente. El vino está de moda. Un buen cosechero.