Pelotazos urbanísticos en Iruñerria, de Etxabakoitz a Gendulain
El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha sacado a la luz los desmadres urbanísticos de Iruñerria y paralizado proyectos faraónicos como Gendulain. El Gobierno y los ayuntamientos habían proyectado construir 70.000 viviendas para los próximos diez años. Se calcula que hay entre 20.000 y 25.000 casas vacías.
Aritz INTXUSTA
De aquí a 2022, según los datos que también posee el Gobierno de Nafarroa, la población de Iruñerria aumentará en 40.000 personas. Con la media actual de 1,5 personas por vivienda, bastaría con 25.000 viviendas para alojarlas a todas. De hecho, puede ser que bastara con las que ya están construidas, pero todavía no hay un censo de viviendas vacías para confirmarlo.
Nafarroa Ezkerretik organizó ayer una marcha para denunciar el modelo de urbanismo que se ha practicado en la comarca durante los últimos quince años. La caminata, de seis kilómetros, arrancó en la iglesia de San Andrés, en Zizur Nagusia, para acercarse a dos de los proyectos más sangrantes, el de Gendulain y el de Etxabakoitz.
Esta plataforma exige que se frene de inmediato la venta de suelo por parte de los ayuntamientos a particulares para que especulen con él. Reclaman una financiación sostenible para los municipios para que no tengan que recurrir a la venta de parcelas con objeto de hacerse con los fondos necesarios para el mantenimiento y desarrollo de las poblaciones. Joxe Abaurrea, ex concejal de Iruñea, remarcó también el papel que ha jugado el Gobierno de Nafarroa en este desarrollo urbanístico desmedido y «basado en una demanda ficticia de viviendas» por medio de recalificaciones a través de Planes Sectoriales de Incidencia Supramunicipal (PSIS). Piru Zabalza, por su parte, denunció que «la especulación urbanística ha servido también para enriquecer a los promotores» y alertó de la influencia que puede tener el desembolso que va a suponer el TAV a los navarros, valorado en 45 millones de euros.
ejemplos de especulación salvaje
El proyecto de mayor envergadura es el de Gendulain, donde hay proyectadas cerca de 19.000 viviendas. Los terrenos fueron adquiridos por el Gobierno navarro a un sólo propietario, el Conde de Gendulain, quien, además, se reservó las parecelas mejor ubicadas para ejercer él mismo como promotor cuando lo considerara necesario. La operación costó más de cien millones de euros. El Gobierno de Nafarroa justificó este PSIS de Gendulain por la «necesidad crucial de vivienda» y agilizó los trámites aduciendo que atajar el problema era «urgente». Gendulain se encuentra fuera del casco urbano y su construcción, además de afectar gravemente a las poblaciones aledañas, implica la modificación de la autovía, que parte por la mitad la futura población. A día de hoy, hay desbandada de promotores, lo que ha convertido a la Caja de Ahorros de Navarra en la propietaria del 60% del proyecto. Su desarrollo, a corto plazo, parece estancado. A no ser que se retoque, resulta inviable.
A Etxabakoitz (proyecto que también afecta a Sanduzelai), la especulación llegó de la mano del TAV. Fue el lugar escogido para ubicar la estación del tren y el Gobierno lanzó un PSIS para costear la construcción mediante la venta de vivienda. El proyecto inicial de 5.000 viviendas no cuadró, así que decidieron ampliarlo hasta las 9.000, para lo que se tendrá que levantar la empresa Inquinasa de su ubicación actual. Pero aun así, parece que no va a ser suficiente y, finalmente, se invertirá dinero público.
En el Soto de Lezkairu, el Ayuntamiento de Iruñea decidió construir un barrio de lujo de 6.000 viviendas. Para ello, agilizó el proceso para que la operación fuera aprobada antes de la aplicación de la ley de 2002 y, de esa forma, construir menos VPO. Dos años después volvieron a fallar las cuentas y el Gobierno hubo de recurrir a una ley excepcional de medidas urgentes en materia de vivienda redactada ex profeso. Añadió mil VPO más al proyecto inicial, que pasó a 7.000 viviendas. Eso sí, no se ampliaron los terrenos dotacionales y tampoco se mejoraron los servicios para los futuros habitantes.
En Egues, el municipio que acogió el mayor escándalo de corrupción urbanística en Nafarroa de los últimos años, hay previstas otras 9.000 viviendas, cuando la suma de la población de todos los pueblos de este ayuntamiento supera los 10.000 habitantes. Además, ya lanzó el macroproyecto de Mendillorri, una población que fue incapaz de gestionar y entregó a Iruñea.
Nafarroa Ezkerretik plantea varias soluciones al actual modelo de urbanismo. Por un lado, proponen la creación de un censo de casas vacías. Conocer qué viviendas no se utilizan y trabajar para que salgan al mercado, bien sea mediante incentivos o mediante métodos punitivos, como aumentar los impuestos sobre la segunda vivienda. De hecho, varios de los municipios de la comarca ya han dado pasos en este sentido incrementando los gravámenes de los propietarios de viviendas vacías, pero por ahora no se han lanzado a aplicarlos.
La segunda medida para atajar la especulación es la promoción de viviendas de alquiler social, es decir, aquellas cuyo coste no supere el 15 ó el 20% de la renta disponible. Estos alquileres, que ya funcionan en otros países de Europa, además de garantizar un precio asequible para los ciudadanos, ejercen como reguladores del mercado, forzando a la vivienda en propiedad a rebajar su precio para competir con esta alternativa. A.I.