GARA > Idatzia > Ekonomia

«Las empleadas del hogar tienen que exigir sus derechos»

p028_f01_148x184.jpg

Isabel Cava
Responsable del programa Zaintza de cáritas

Zaintza es un proyecto del Programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Bilbo, puesto en marcha hace unas semanas, y que aborda la realidad del sector de actividad de cuidados del hogar. Un servicio de apoyo dirigido a las empleadas del hogar, el 90% mujeres, y de ellas, un 60% inmigrantes.

Joseba VIVANCO

¿Cuál es el sueldo mínimo de una empleada de hogar? ¿Es obligado formalizar un contrato? ¿Y una nómina? El programa Zaintza -www.servicio-domestico.org-, da respuestas a muchas de estas cuestiones.

¿Qué lleva a Cáritas a crear el servicio Zaintza?

Cáritas Bizkaia, en sus 50 años de historia, cuenta con una larga trayectoria de trabajo en el sector servicio doméstico, que nos hace acreedores de la confianza tanto de las personas que buscan trabajo como de los empleadores. En los últimos años ha sido cuando, con la llegada masiva a sus servicios de personas demandantes de empleo y con un perfil mayoritario muy concreto, caso de inmigrante, irregular y mujer, lo que condiciona muy directamente el tipo de trabajo que pueden desempeñar, Cáritas se planteó una intervención más global, con intervenciones centradas en las necesidades de las personas y en la propia situación del sector. De estas necesidades surge una línea de trabajo centrada exclusivamente en el sector de actividad de cuidados del hogar y personales. Y surge Zaintza.

Un servicio reciente. ¿Qué respuesta ha tenido hasta ahora?

Los resultados del proyecto han sido estupendos en todos los aspectos, un trabajo continuo en acciones de asesoramiento, información, mediación y sensibilización sobre todo lo referente al sector.

Cuando hablamos del servicio doméstico, lo hacemos, además, en femenino, empleadas del hogar...

Hablamos de un sector totalmente feminizado, aunque sí podemos destacar que la situación actual económica ha propiciado el acercamiento de hombres con necesidad de trabajar y que llegan procedentes del sector del metal, la construcción... que buscan una salida donde sea, aunque la realidad es que este sector es complicado para ellos.

Pero sí es una salida laboral para muchas mujeres...

Es un hecho que las mujeres soportan en mayor medida el peso de la economía sumergida. Las actividades del hogar y de cuidados se han realizado tradicionalmente dentro del entorno familiar de forma gratuita e invisible. Son actividades que se siguen viendo como propias de la mujer, a pesar de la mercantilización del trabajo doméstico. Y es verdad que en muchos casos este sector se ha convertido en una salida ante la crisis para muchas familias, porque para muchas mujeres es su única posibilidad de obtener ingresos económicos, ya que no se pueden incorporar a otros trabajos por falta de formación, experiencia laboral y oportunidades reales de inserción laboral.

Pero sigue siendo un empleo muy poco valorado...

Sí, uno de los sectores peor valorados y más desconocidos por la sociedad en general, en condiciones laborales no siempre dignas ni justas. Estamos hablando de economía sumergida y empleo informal en la mayoría de casos.

Un empleo con sus derechos laborales, aunque dependa muchas veces de la buena disposición del contratante...

A pesar de tener una normativa, eso sí, discriminatoria y obsoleta, los escasos derechos de estas trabajadores no siempre se respetan o, incluso, se conocen. El hecho de ser un sector mal regulado que se da en un ámbito privado como un hogar, en muchas ocasiones implica que no se vea como una relación laboral y se den abusos por parte de los empleadores. Muchas de las trabajadoras que acuden a nuestros servicios nos comentan que dependiendo de la disposición del contratante han tenido mejores condiciones o no.

Porque tienen derecho a un contrato por escrito, una nómina, una jornada laboral máxima, el pago de horas extraordinarias, un salario mínimo...

Evidentemente como cualquier trabajadora tienen que exigir sus derechos, y, además, éstos se deben equiparar al resto de sectores. Eso sí, el Régimen Especial de empleadas de Hogar reconoce menos y peores prestaciones. Pero tienen derecho a exigir un contrato por escrito, una nómina, una jornada laboral máxima de 40 horas de trabajo efectivo, tanto en el trabajo externo como interno...

Aunque la realidad que se encuentren sea otra...

La realidad es que en muchos casos existe por ambas partes un desconocimiento total de estos derechos y en algunas ocasiones no se cumplen. Por eso, a través de nuestra labor de asesoramiento, información y sensibilización queremos evitar estas situaciones de abuso, por eso hemos puesto en marcha una campaña de sensibilización «conTRATO justo, conTRATO digno», también en el empleo doméstico y una web informativa tanto para trabajadores como empleadores. Son acciones con las que pretendemos que la sociedad visibilice esta problemática, y a la vez concienciar de la necesidad de cambio.

¿Qué le diría a la persona contratante?

Que demos el respeto que también queremos para nosotros mismos, que valoremos un trabajo que cubre necesidades reales de nuestro día a día, que permite conciliar la vida laboral y familiar de muchas familias, que cubre necesidades que no se están cubriendo desde el ámbito público, es decir, que valoremos la enorme función social de estas trabajadoras y respetemos sus derechos.

 

respeto

«A la persona contratante le diría que valore la enorme función social de estas trabajadoras y que les demos el respeto que queremos para nosotros mismos»

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo