Raimundo Fitero
Vuelven
Los lagartos verdes de «V» han vuelto a ocupar su espacio en las pantallas de algunas cadenas de la Forta. Estas revisiones de éxitos míticos de la televisión de hace una treintena de años ayudan a recomponer la figura, perfilarse frente al espejo y actuar contra la desmemoria. ¿Cómo éramos, qué hemos hecho desde entonces, hasta dónde hemos llegado? En lo personal, ya se sabe, que cada perro se lama su herida; en lo colectivo deberíamos acudir con urgencia al siquiátrico para tratamientos de choque. Todo ello se ve de manera clara en lo televisivo, su preponderancia, sus tendencias, sus supuestos avances para intentar sacar alguna conclusión que nos aclare algo, nos ayude a descubrir nuestra propia sombra dentro de la tenebrosidad actual.
Todos aquellos que llegaran actualmente de otras galaxias, se encontrarían con los manuales de uso absolutamente obsoletos. Los mosquitos disparan a los cañones, los jefes de los cuartelillos y comisarías no investigan lo que sucede dentro, sino que persiguen a los que denuncian lo que han sufrido dentro. La democracia española se defiende con infamias, resucitaciones de viejos yugos y flechas y lenguajes pre constitucionales, que son la auténtica manifestación del pensamiento dominante. El sol sale, lo vemos en colores en nuestras pantallas gracias, dicen, a un satélite que está cerca, pero puede convertirse en un criminal creador de problemas cutáneos o simplemente se esconde bajo la niebla de un primo suyo: un volcán que revienta, como revientan los granos de acné de la economía de garito a la que llaman capitalista o neoliberal.
Habrá que volver. Eso parece irremediable. Hemos hecho dejación de nuestros derechos y nuestros deberes, nos hemos confiado demasiado en el euribor, las recetas de Argiñano y los viajes low cost y ahora debemos salir a la calle a pedir los mínimos democráticos. No saldremos junto a Garzón, que es parte del problema, sino con aquellos que anuncien algo nuevo. Aunque las botas negras sigan mancillando nuestros derechos básicos y los lagartos verdes estén en parlamentos, gobiernos, cloacas y tertulias en ocasiones sin camuflaje. Vuelven banderas victoriosas.