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Consultas por la independencia catalana

Reus también ejerce el derecho a decidir

Las calles y edificios de Reus se han visto adornados estas semanas por el rojo, el color elegido por la plataforma Reus Decideix para fomentar la participación en la consulta de hoy sobre la independencia de la nación catalana.

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Txente REKONDO

Esta ciudad catalana, capital de la comarca del Baix Camp, ha sido históricamente la ciudad más importante del sur del Principat, junto a Tarragona, con quien siempre se ha mirado de reojo y han mantenido una cierta competencia. En Reus, la sociedad civil siempre ha tenido mucho peso, especialmente en la vertiente cultural y empresarial, y hoy cerca de 90.000 personas están llamadas a tomar parte en esta consulta popular, en los dieciocho colegios electorales habilitados por los distintos barrios y el centro de la ciudad.

La importancia cualitativa y cuantitativa de Reus es evidente. Va a ser la segunda ciudad, por población y después de Lleida, donde se celebra el referéndum, y su peso en el Camp de Tarragona (la segunda área más poblada y económicamente más potente del Principat). Su importancia ha quedado de manifiesto por el esfuerzo y la participación realizados por los 800 voluntarios que han estado trabajando duramente en estas semanas, así como por la elección de la ciudad como sede nacional de la campaña del 25 de abril. En Reus se centralizará la recepción de votos de los 200 municipios que votan hoy, y será también el punto de reunión de los 42 observadores internacionales invitados y procedentes de Euskal Herria, Flandes, Escocia, Córcega, Cerdeña, Quebec, Puerto Rico, Sicilia, Nueva Caledonia y Kabilia.

La plataforma local comenzó a tomar forma hace algunos meses, «cuando a la vista de la experiencia del pasado 13 de diciembre, donde participamos como espectadores, nos juntamos un grupo de personas vinculadas a diversas entidades de la ciudad y decidimos tirar adelante con la consulta en Reus», afirma Biel Ferrer, portavoz de la plataforma.

Tras esa decisión que mostraba claramente que Reus no podía quedarse al margen de este proceso, se convocó la primera reunión informal a finales de diciembre, y posteriormente la asamblea constitutiva el 21 de enero de este año. A partir de entonces se ha ido extendiendo como una mancha de aceite.

Más de 80 entidades de todo tipo (deportivas, culturales, profesionales, vecinales...) se han adherido ya al llamamiento de Reus Decideix. La respuesta también ha sido más amplia. «Algunos han colaborado estrechamente con nosotros, adhiriéndose nominalmente; otros han organizado debates, coloquios, conferencias, etc...; otros han enviado información a sus asociados para fomentar la participación en la consulta...», señala Ferrer.

Llevar adelante este tipo de retos no es tarea fácil, sobre todo si se tiene en cuenta que no se dispone del apoyo oficial de la Administración ni de los mecanismos económicos y mediáticos que se ponen en marcha cuando se trata de convocatorias electorales oficiales. La campaña de Reus ha costado 22.500 euros, que han salido de aportaciones personales y de asociaciones adheridas, huchas y venta de material promocional. La del Estatut organizada por la Generalitat costó quince millones de euros.

Junto al esfuerzo económico destaca también el importante papel que están desempeñando en todo este proceso los voluntarios locales. En el caso de Reus, nos podemos encontrar gente de todas las edades y condición, desde abogados y pequeños empresarios hasta periodistas, músicos, padres y madres de asociaciones de institutos... una representación de la propia sociedad de Reus.

Incentivar la participación ha sido desde el primer momento uno de los ejes centrales de Reus Decideix. Como señala Ferrer, «la plataforma ha querido dejar claro desde el principio su carácter neutral y no partidista. Los partidos políticos han sido informados de nuestra iniciativa y se les ha solicitado que organicen actos para orientar el sentido del voto de los ciudadanos (hacia el sí, el no o el voto blanco). Nosotros, desde Reus Decideix, ejerceremos el papel del Estado, es decir, nos limitaremos a organizar la consulta y a impulsar la participación, y de esta manera, reivindicar el derecho de autodeterminación de la nación catalana».

Durante estas semanas un sinfín de actividades se han desarrollado en Reus para animar a la población a participar en la consulta de hoy. Actos lúdicos, como bicicletadas populares, paellas, conciertos. Actos de campaña: charlas de escritores, políticos, economistas. Recogida de voto anticipado, reparto de publicidad por las calles, con voluntarios con peto y globos que han informado del proceso a la gente. Acudir a actos de otras entidades para informar y hacer propaganda, como partidos de fútbol o hockey. Actos para las familias, como parques inflables o chocolatadas.

La participación en las consultas será una de las bazas que utilizarán los detractores de las mismas para intentar desvirtuarlas o para ignorarlas, tal y como han hecho en las anteriores citas destacados políticos españoles y buena parte de los medios de comunicación del Estado español. Sin embargo, para Ferrer, «en primer lugar hay que decir que el simple hecho de que la sociedad civil organizada se atreva a llevar a cabo una convocatoria como ésta, desafiando al Estado español, es una victoria de la democracia, del pueblo, de la nación. Toda comparación con resultados de participación en otras convocatorias debe tener en cuenta el hecho de que no habremos tenido a nuestra disposición la fuerte maquinaria de las administraciones ni los grandes presupuestos públicos, propios de los referendos oficiales».

Un aspecto clave en este sentido es el carácter más abierto que va a tener la consulta, ya que se permite el voto a toda persona mayor de 16 años, así como a toda aquella que tenga su residencia en Reus (demostrable mediante el empadronamiento), e independientemente de su nacionalidad de origen. De esta manera, los jóvenes de 16 a 18 años que no pueden votar en las elecciones oficiales sí lo podrán hacer en esta consulta. «También aquellos que llegados de todo el mundo podrán votar por primera vez en nuestro país, porque viven y trabajan entre nosotros y, por tanto, son de los nuestros, con el mismo derecho a decidir nuestro futuro colectivo».

El proceso continúa adelante tras el día de hoy. Así, el próximo 20 de junio siguen las consultas que, entre otros municipios, celebrarán Sabadell y Tarragona. Además, el 23 de abril se iniciará la recogida de firmas para presentar una iniciativa legislativa popular al Parlament de Catalunya. Son necesarias 250.000 para que la Mesa del Parla- ment valore aceptarla y se vote en pleno. La iniciativa enlaza con el primer objetivo de las consultas: que el Gobierno catalán convoque un referéndum oficial sobre la independencia.

Como afirma Ferrer, «hay algo fundamental que nos gustaría que hubiera cambiado en Reus y en el país a partir del 25 de abril: que los catalanes perdamos el miedo a llamar a las cosas por su nombre, que los catalanes se sientan más fuertes para afirmar su talante democrático, que los catalanes se sientan más libres para decidir su futuro, que los reusenses y los catalanes hayan encontrado una manera de trabajar juntos por objetivos comunes y fundamentales: la democracia, la autodeterminación y la libertad».

 
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